La abstinencia sexual (parte 2)

La abstinencia sexual es algo que, en general, no se desea. El ser humano tiene una curiosidad natural cuando se trata de la sexualidad. Las redes sociales se han convertido cada vez más en la principal fuente de información y educación sexual. Los más jóvenes recurren a Internet en lugar de a los padres o adultos de confianza para responder a sus preguntas sobre la sexualidad. Desafortunadamente, la precisión y confiabilidad de Internet es, en el mejor de los casos, cuestionable.

La búsqueda de sitios web de educación sexual en línea puede dar como resultado información inexacta. Además, en el peor de los casos, redireccionamientos a pornografía que es enormemente inapropiada como herramienta de educación sexual. Evidentemente, la pornografía no muestra un contexto emocional o una base para las relaciones sexuales.

Mostrar imágenes de infecciones de transmisión sexual o decirles a los jóvenes que se quedarán ciegos si tienen relaciones sexuales son tácticas basadas en el miedo que tienen efectos adversos. Se utilizaron en el pasado por determinados colectivos. El objetivo, sin duda, era promover la abstinencua sexual Categorizar el sexo como sucio y desagradable, o como algo que solo hacen las personas malas, envía el mensaje de que aceptar tu sexualidad está mal.

No solo eso, enseña la intolerancia a la diversidad sexual entre el hermoso espectro de la sexualidad. Como resultado, los jóvenes llevan estos mensajes poco saludables a la edad adulta. Por lo tanto, se manifiestan en forma de relaciones poco saludables, baja autoestima y otras manifestaciones aún peores. Además, debido a que el cerebro de los jòvenes está menos desarrollado que el de los adultos, carecen del mecanismo biológico para determinar adecuadamente los posibles resultados negativos de una determinada acción.

Los mensajes tácitos de los adultos con respecto a la sexualidad son a menudo más poderosos que sus mensajes hablados para moldear la percepción de la sexualidad de los más jóvenes. Los comportamientos que los adultos modelan para los niños pueden tener un impacto significativo en las decisiones que toman. Una acción siempre es más efectiva que una serie de palabras. Esto es válido en casi cualquier ámbito.

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