La perspectiva de sexo está relacionada con la excitación. Los humanos pueden recordar eventos pasados y formar asociaciones. Entonces, si disfrutamos de una comida, recordamos la experiencia de la vez anterior. Incluso antes de sentarnos a comer, anticipamos el placer que disfrutaremos al comerlo. Los hombres se excitan con la anticipación del coito. La perspectiva del sexo, de hecho, es algo muy excitante por norma general.
Las mujeres son tan capaces como los hombres de anticipar el placer futuro. Ciertamente responden al olor de la comida de manera similar. Sin embargo, existen teorías que defienden que no existen estímulos relacionados con la actividad sexual con un amante que provoquen la excitación de una mujer. Según estas teorías, los placeres del sexo no impactan en la mente de las mujeres como lo hacen en los hombres.
Los hombres disfrutan de las sensaciones de excitación cuando miran o entran en contacto con el cuerpo de una mujer. Las mujeres no se benefician de los mismos excitantes. La pornografía muestra los cuerpos de las mujeres como objetos que los hombres pueden usar para excitarse. La fascinación de los hombres por la desnudez femenina es tremenda. Según esta teoría, las mujeres reaccionan de forma diferente ante la desnudez masculina.
En realidad, las mujeres, al igual que los hombres, encuentra excitante la perspectiva de sexo. En contra de algunas ideas retrógradas que contradicen este extremo. La sexualidad puede resultar diferente en hombres y mujeres en algunos detalles pero nunca en la capacidad para encontrar la excitación. Lo cierto es qu sí es conocido que esta puede llegar por diferentes vías. Las mujeres, por ejemplo, tienden a describir sus motivaciones sexuales en términos de emociones en lugar de toscas respuestas eróticas.
La perspectiva de encontrar una situación que, en el pasado, ya fue atractiva para nosotros, resulta excitante. Como siempre, generalizar no es una buena idea. Puede haber algunas personas que no se sientan identificadas con este tipo de afirmación. Lógicamente, hablamos de una gran mayoría. De la misma manera que el olor de una comida que ya hemos saboreado y que nos reusltó suculenta en su momento nos genera espectativas positivas, sucede con el sexo.
