El sexo a distancia durante la cuarentena es una opción que, sin otro remedio, afecta a un buen número de personas. Las circunstancias que nos toca vivir durante el confinamiento provocado por la pandemia mundial que nos azota son muy diversas. De eso no cabe duda. De esta manera, la cantidad de personas que atraviesan el encierro sin posibilidad de mantener relaciones sexuales con sus parejas habituales o efímeras son muchas. Es una buena idea tenenr a mano unos cuantos tips sobre qué hacer para consumar el sexo a distancia durante la cuarentena.
No cabe duda de que la snuecas tecnologías están suponiendo un soporte muy eficaz a la hora de disfrutar del momentos cargados de erotismo y sensualidad, aunque sea a ditancia. No es lo mismo, pero es igual. Son muchas las personas que han establecido un protocolo que les permite practicar sexo a distancia a pesar de estar confinados.
Lo primero que hemos de tener claro es que el uso controlado del cibersexo es algo que puede enriquecer la relación de pareja. El teléfono o la inmensa cantidad de aplicaciones de mensajería o videoconferenia que tenemos a nuestra disposición pueden ser la herramienta que utilicemos. Lo más importante, por supuesto, es que durante nuestra sesión de sexi a distancia nos sintamos bien y hagamos sentir bien a la otra persona.
Es preciso establecer aquellos límites que no queramos rebasar. Dejarlos claros al principio es absolutamente determinante para que todo fluya de una manera satisfactoria para ambos. Seducir, como en casi todos los ámbitos del sexo, es la clave. Entrar poco a poco en situación y no tratar de ir al grano demasiado rápido suele ser una ayuda recomendable.
Las fantasías sexuales más íntimas bien pueden tomar presencia durante un encuentro de sexo a distancia. De hecho, es una exccelente idea utilizarlas para salir de la monotonía. Hemos de tener muy presente que si en una relación presencial, a veces, no somos capaces de innovar, en un encuentro sexual a distancia todo puede resultar más compicado aún. Precisamente es ese el motivo por el que resulta tan reconmendable hacer uso de nuestra imaginación.
