Parece que la pandemia afecta, en alguna medida, al deseo sexual. Al menos eso afirman algunos expertos en la materia. De hecho, en algunos casos, puede el encierro prolongado así como el temor ante las posibles consecuencias que la pandemia puede provocar una cierta inhibición del deseo sexual. Parece que este fenómeno podría perdurar en los más jóvenes, incluso una vez pasado el periodo de confinamiento.
Lo que es cierto es que el temor a que nos contagien el virus o a contagiarlo suele provocar una actitud más evasiva con respecto a la posibilidad de mantener relaciones sexuales. Sin duda, ante la necesidad de sexo del ser humano, la búsqueda de alternativas resulta inmediata. Por supuesto, como todos hemos imaginado, las más inmediatas son la autosatisfacción y el sexo por medios telemáticos. Experiencia, esta última, que no deja de ser una variante de la primera.
Dada la importantia de los consejos de distanciamiento social, durante un indeterminado periodo tiempo se le continuará dando una relativa importancia a la sexualidad. De la misma manera que nos enfrentamos a una crisis económica que tendremos que superar, también lo haremos a una crisis de confianza en relación al contacto físico.
Por supuesto que no van a desaparecer ni el amor ni el sexo con extraños. En cualquier caso sí que es bastante plausible la posibilida de que, durante los primeros tiempos después del confinamiento, los efectos de la pandemia pasen, entre otros de diferente calado social, económico y emocional, por una crisis en lo relativo a la afectividad y a todo lo relacionado con el contacto entre personas.
Las situaciones críticas cambian la percepción de determinadas cosas. Por supuesto que las circunstancias que nos están tocando vivir son un claro ejemplo de situación imprevista y con consecuencias imprevisibles. La pandemia que azota al mundo hace que, al menos durante un tiempo, nuestra forma de valorar la cercanía social sea diferente. Puede que no dure mucho. Posiblemente se trae solo de un corto periodo de tiempo. Todo pasará. Antes o después, todo volverá a la normalidad. Sin embargo no será un viaje inmediato. Conllevará diferentes etapas. Y nos debemos preparar para ellas.