¿Hay riesgos en la masturbación? Seguro que es algo que casi nadie se pregunta. Estamos acostumbrados a que la normalización de la masturbación se haya instalado en nuesta sociedad. No siempre fue así pero, afortunadamente, todo eso parece que pasó. Lo más habitual es que la gente se masturbe sin preguntarse si existe algún riesgo en ello. Algo que, con el resto de práctica sexuales no suele suceder. ¿Tenemos que preocuparnos por algo a este respecto?
La masturbación, en sí misma, no tiene por qué implicar riesgos. Al menos desde un uso tradicional del término. Sin embargo, existe una tendencia cada vez más extendida a experimentar con cosas nuevas que, en ocasiones, sí que pueden llegar a suponer un problema para la salud. Las lesiones que se pueden derivar de un uso incorrecto de determinados objetos domésticos para la práctica del onanismo realmente pueden ser importantes.
De hecho, el intento de masturbarse de una manera que resultase original ha llevado, en ocasiones, a lesiones importantes. Hemos de ser muy cuidadosos con estas prácticas. Los riesgos, insistimos, no van a sociados a la masturbación convencional. Los peligros tienen relación con el uso de objetos para llevarla a cabo que no están diseñados para este fin. En realidad, se trata de una aventura. Una aventura que puede ser realmente peligrosa.
Citaremos un ejemplo de riesgos comunes en el caso de los hombres. Suele ser habitual el uso de lubricantes para proceder a la msturbación. Estos proporcionan una mayor fricción y, por lo tanto, una mayor capacidad sensitiva. Sin duda, es un buen elemento para este fin. Sin embargo, cuando no tienen a mano este tipo de sustancia, son muchos los hombres que se lanzan a cualquier tipo de de crema que lo sustituya. Por supuesto, sin pararse a examinar cuál es su composición. Sin entrar en demasiados detalles, cuando contienen alcohol, los daños pueden ir desde la irritaci´no hasta las grandes quemaduras.
En el ejemplo más habitual de asumir riesgos innecesarios en la masturbación femenina es el uso de objetos par introducir en la vagina. Cuando se tienen a mano un juguete sexual diseñado para tal fin, puede tratarse de una excelente idea. Sin embargo, el uso de cualquier objeto con forma fálica para introducírselo en la vagina puede acarrear fatales consecuencias. Desde pequeños cortes y heridas a infecciones que terminen convirtiéndose en un auténtico calvario.
