Que Erasmus y el sexo están íntimamente relacionados es algo que todos sabemos. Es cierto que se trata de una beca de estudios. Pero también lo es que las edades a las que llegan este tipo de becas son excesivamente proclibes al despilfarro hormonal. Así que, entre clase y clase, entre fiesta y fiesta, el sexo está presente sí o sí en el 100% de los casos. El mundo Erasmus, de hecho, se ve complementado con una dosis extra de formación personal gracias a lo habitual que resulta el sexo entre los jóvenes estudiantes.
La media de edad entre los estudiantes que se van de Erasmus está entre los 20 y 24 años. Sin duda, las hormonas andan muy revueltas. Pero no todo acaba ahí. Para la inmensa mayoría de estos estudiantes, esta es la primera experiencia viviendo fuera de la casa de los padres. Sin ningún género de dudas, la necesidad de descontrol que precisan es mayor.
Por otro lado, los estudiantes Erasmus cuentan con un lugar propio para dormir. Sin hermanos que compartan habitación o padres que duerman en el cuarto de enfrente. De esta manera, siempre se dispone de un sitio para compartir fluídos con otra persona. Sin rendir cuentas a nadie. Para muchos estudiantes no solo es la primera vez que esto les ocurre sino que, después de esta experiencia pueden volver a pasar años hasta que pueden volver a vivir una situación así.
Además, y por si todo esto fuera poco, las residencias de estudiantes son mixtas. De manera que no es necesario ni salir de ellas para encontrar a una persona en idéntica situación a la tuya. O varias decenas de ellas. Así que, una vez se llega a la residencia en cuestión, basta con elegir o ser elegido.
Pero no todo acaba ahí, por supuesto. Las infinidad de aplicaciones que tenemos en la actualidad disponibles para encontrar personas que buscan sexo de acuerdo a nuestros intereses y localización geográfica, abre otro mundo aún más amplio para los Erasmus. Además, lógicamente, siempre cabe la posibilidad de utilizar los medios tradicionales de ligoteo. Sin duda, las becas Erasmus y el sexo están pensados el uno para el otro.