¿Qué prefieres las mujeres al natural o las retocadas? El cuerpo es algo hermoso. Te da la oportunidad de ir de un sitio a otro y conseguir cosas que nunca creíste posibles. Te ayuda a sentirte bien contigo mismo, lo cual es importante porque te permite conectar mejor con los demás y ser más productivo en el trabajo y en la escuela. El modelo ideal de talla única no existe, ¡y no pasa nada! Cada persona tiene una combinación de forma y talla diferente, por lo que no hay reglas universales para sentirse bien con uno mismo.
Sin embargo, hay algunas pautas generales que merece la pena seguir si ayudan a todo el mundo a sentirse a gusto en su propia piel. ¡Sé amable contigo mismo! Aceptarse a uno mismo significa ser capaz de ver los defectos o imperfecciones sin dejar que te molesten. Puedes seguir trabajando para mejorar aspectos como la postura o la forma física aunque te parezca imposible; a veces, aceptar que las cosas siempre serán así puede facilitar la búsqueda de soluciones más adelante. Lo mismo sucede con el cuerpo de los demás. No importa si se trata de una persona al natural o retocada.
Si lo piensas bien, el cuerpo ideal es un mito. La idea de que existe una forma perfecta para hombres y mujeres es una construcción de los medios de comunicación. Es una ilusión. Un sueño inalcanzable. Es mentira.
Tener expectativas poco realistas sobre nuestro cuerpo puede hacernos sentir mal con nosotros mismos e incluso provocar trastornos alimentarios o autolesiones. Por eso tenemos que dejar de utilizar estos estándares malsanos como guía a la hora de medir nuestra valía o evaluarnos como personas.
¿Alguna vez has sentido que necesitas un cuerpo «ideal» para estar guapa? ¿Te gustaría que tus muslos o tus nalgas no fueran tan grandes, o que tu vientre no fuera tan plano? ¿Piensas que sería más fácil para la gente ver lo hermosa y asombrosa que eres si sólo esas cosas fueran diferentes en tu apariencia? Probablemente hayas sido inducido a pensar así. Sin embargo, si lo piensas friamente, es posible que tu opinión cambie.
