El morbo que proporciona el sexo prohibido no lo proporciona ninguna otra cosa. Cuando hablamos de sexo, lo primero que nos viene a la mente es que se trata de un instinto natural. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todos los actos sexuales están permitidos en todas las sociedades. Por ejemplo, algunas culturas tienen una serie de normas estrictas sobre lo que pueden y no pueden hacer durante el coito. Hablaremos sobre el morbo del sexo prohibido.
Las relaciones sexuales prohibidas más comunes son el incesto y el sexo con animales. El sexo entre familiares directos se considera tabú por la posibilidad de anomalías genéticas en los nacimientos. El sexo con un menor se considera tabú porque puede ser perjudicial para el niño implicado. El sexo con animales se considera tabú porque puede causar daños físicos al animal o a la persona implicada, o si otras personas se enteran de que se ha producido esa actividad y, por tanto, se sienten incómodas cerca de cualquiera de las partes implicadas.
El sexo sin protección genera morbo para algunas personas. Sin duda, es el tipo de sexo prohibido más peligroso. Aunque existen muchos métodos de protección, ninguno puede garantizar una protección del 100%. Dicho esto, los riesgos siguen siendo altos si no utilizas ningún tipo de barrera.
La clamidia y la gonorrea (las dos ETS más comunes) pueden causar infertilidad en las mujeres si no se tratan. Tanto la clamidia como la gonorrea pueden transmitirse sin síntomas visibles o incluso en momentos en los que no hay ningún síntoma.
El VIH/SIDA es un virus que ataca al sistema inmunitario del organismo destruyendo determinados glóbulos blancos (linfocitos CD4+). Si una persona infectada no toma medicación para tratar su infección, acabará desarrollando el SIDA, que es mortal si no se trata lo suficientemente rápido con medicamentos antirretrovirales como el AZT y la terapia HAART.
El peligro, en todos los sentido, agudiza el morbo para determinadas personas. Acercarse a él, genera una exaltación que hace que la libido se dispare sobremanera. El morbo, casi siempre, está cerca de las cosas que no tenemos a nuestro alcance.