La conexión y el conflicto, a nivel personal, no siempre están demasiado separados. Cuanto mayores nos hacemos, solemos volvernos más humildes acerca de nuestro propio comportamiento. A menudo, en esta situación, nos encontramos con algunos conflictos, especialmente en las relaciones cercanas. Es casi como si algo más estuviera pasando.
Cuanod aparecen sistemáticamente los conflicos, en realidad, lo que solemos demandar es conexión. Esto puede no parecer una noticia realmente innovadora. De hecho, esta necesidad humana de conexión ha sido estudiada con bastante intensidad en los últimos años.
La conexión es el antídoto contra los conflictos. En realidad, es algo determinante para casi todo. La conexión y nuestro estilo de apego se ha estudiado en relación con nuestra primera experiencia de relación con nuestro cuidador principal en los círculos de psicología durante décadas.
Sin embargo, a veces uno se da cuenta de que la conexión era algo que estaba buscando pero que no pedía claramente. A menudo, puede que nosotros mismos saboteemos nuestras propias relaciones, creando conflicto solo para poder obtener una reacción de la otra persona. Una situación así nos suele golpear como un vaso de agua fría a primera hora de la mañana. Tenemos gans de de sentirnos conectados. En realidad, tantas ganas que cualquier intercambio funcionaría. Incluso uno malo.
Por supuesto, esto resulta contraproducente al final, porque el conflicto no te hace sentir conectado, te hace sentir enojado, frustrado e incluso desesperado. Los abrazos llorosos y el sexo de reconciliación solo son reales en las películas. No suelen funcionar en las vidas reales en absoluto.
Después de una mayor contemplación, solemos darnos cuenta de que podemos crear conflictos o el proverbial drama a partir de un sentimiento de vulnerabilidad. Este miedo a ser rechazado que me impide expresar claramente mis necesidades en una relación, es un patrón a largo plazo para yodos nosotros. Es posible que algunos de vosotrs no se sorprendan en absoluto. Si es así, has de saber que, sobre todo, eres una persona afortunada. Sin embargo, para aquellos de nosotros para quienes crear teatro ha sido un modo de protección durante muchos años, definitivamente tenemos mucho trabajo por delante.