El fetiche de giganta se hace paso entre nosotros, nunca mejor dicho a paso de gigante. Sin duda, es de los fetiches que mayor crecimiento en popularidad está teniendo últiamente. Se trata de fantasear con mujeres gigantescas. Más grandes que la vida. La realidad virtual hace que este extraño fetiche cobre vida, literalmente, y permite que mujeres gigantes y poderosas gobiernen el planeta. El fetiche de giganta.
Giantess Katelyn, una artista digital de 28 años, lidera el camino con su sitio que ilustra esta fantasía sexual única. Tomó innumerables fotografías y creó cientos de películas que transformaron este pequeño pasatiempo secundario en un trabajo. No solo mujeres altas, sino mujeres increíblemente altas. Por ejemplo, imagina una súper modelo del tamaño de un rascacielos.
Katelyn, que es bisexual, tiene un intenso deseo sexual de ser del tamaño de Godzilla, junto con la misma fuerte atracción por otras mujeres de tamaño gigante. El fetiche de giganta tiene que ver con el poder y el tamaño. Nada excita más rápido que dominar una ciudad como una giganta. Millones de vidas se encuentran debajo de ti luchando por sobrevivir mientras satisfaces tus propios deseos sexuales profundos. El fetiche de giganta no solo te permite disfrutar plenamente de este poder sexual extremo, sino que también permite que millones de personas lo disfruten mientras tienes un orgasmo muy por encima de ellos.
También hay algunos subfetiches relacionados con el fetiche de giganta. Desde el fetiche de pies femenino hasta el fetiche de dominación y poder, pasando por el de zapatos femeninoso por el fetiche del crecimiento. En realidad, de alguna manera, todos estos fetichismos caben y constituyen a la vez el fetiche de giganta.
Katelyn es una giganta que ofrece igualdad de oportunidades. Esto significa que no importa el género de los esclavos encogidos. Para algunas personas, el fetiche de giganta es el fetiche más erótico y sexualmente satisfactorio que existe. A estas personas les encanta el poder, el control y la adoración de sus fans. Si alguna vez caminas por una calle y miras hacia arriba para encontrar una morena gigante que se eleva sobre los edificios de oficinas locales, prepárate para un viaje salvaje.