Las relaciones de pareja evolucionan con el paso del tiempo. Es algo que resulta inevitable. En algunos aspectos esta evolución puede ser favorable. Como en la confianza y seguridad que se va ganando en la otra persona con el paso del tiempo. En otros, de forma inevitable, se tiende a empeorar. POr supuesto, las relaciones sexuales son un claro ejemplo.
¿Se ha trasladado su relación a una zona de confort donde hace más frío que calor? La falta de pasión en una relación puede malinterpretarse como aburrimiento, pero debes recordar que se debe mantener el romance. Y la verdad es que las relaciones pueden pasar por diferentes estados. Pero incluso en el peor de los casos, aún podemos reavivar la pasión.
¿Qué mata la pasión en una relación? Lo primero que viene a la mente es «niños». Tiene sentido poner a los niños primero y descuidar la necesidad de intimidad de su pareja. Pero puedes ser un buen padre y amar tu vida salvajemente con algunos consejos.
¿Recuerdas esa parte lasciva del sexo cuando se sentía como la mejor montaña rusa de tu vida? Aunque haya pasado mucho tiempo, puedes hacer uso de este recuerdo e imaginar a tu pareja besándose apasionadamente mientras tu amada acariciaba tu cuerpo con el deseo de que quisiera arrancarte la ropa. Este es el primer paso para restaurar la química y la pasión en tu vida amorosa. Tu cerebro no distingue entre recordar una experiencia erótica y tenerla. De cualquier manera, sus efectos inundarán tu cuerpo con endorfinas para hacerte sentir bien.
Ahora que estás de humor para un momento sexual, llama o envía un mensaje de texto a su pareja para decirle que está soñando con un momento sexual significativo y quiere recrearlo lo antes posible. El camino hacia la pasión por la reencarnación es apasionante. Cuando tomes esa decisión, es posible que descubras la misma reacción química que tuviste cuando te conociste. Además de recordar fechas pasadas y experiencias sexuales inolvidables, los dos podeís explorar nuevas actividades sexuales juntos, creando una sensación de curiosidad por verse el uno al otro bajo una luz completamente nueva.
