El suelo pélvico no es tan conocido como pensamos. Al menos, en la profundidad suficiente. Cuando las personas escuchan habalr de él, a menudo piensan en Kegels. Se trata de un ejercicio que consiste en contraer y relajar los músculos del mismo. Por alguna razón, se cree que este ejercicio es el final de todo para la salud del piso pélvico y que es el único ejercicio para cualquier persona que experimente una disfunción del mismo.
En realidad esto no es del todo cierto. Los ejercicios de Kegel no son el único ejercicio para el suelo pélvico y, lo que es más importante, existen otros ejercicios que pueden ayudarte aún más. A menudo es impactante escuchar eso desde los ejercicios de Kegel, pero en realidad, los ejercicios de Kegel a menudo se prescriben en exceso. Además, generalmente se les dice a las personas que hagan ejercicios de Kegel sin someterse a un examen para determinar si realmente pueden realizar un ejercicio de Kegel correctamente. Esto es importante porque algunas personas no pueden hacer un Kegel correctamente solo con instrucciones verbales.
Un examen del suelo pélvico también es importante para determinar cómo se sienten los músculos del mismo. Si una persona tiene los músculos del piso pélvico en guardia, tensos o hipertónicos, entonces hacer Kegels no sería un ejercicio apropiado. Por lo general, un músculo tenso necesita aprender a relajarse antes de intentar contraerse.
Imagínate si tuvieras rigidez en el cuello y el hombro, hacer un montón de dominadas probablemente no sea una buena idea y podría empeorar la situación. A veces, las personas pueden sentir que hacer Kegels agrava sus síntomas si experimentan tensión en los músculos del piso pélvico. Contraer un músculo ya protegido puede ser como echar leña al fuego.
Por eso es importante ver a un especialista y someterse a un examen del suelo pélvico antes de hacer los ejercicios de Kegel. Puede ayudar a determinar el tratamiento y el programa de ejercicios adecuados. Muchas personas con tensión muscular en el piso pélvico pueden beneficiarse de una terapia manual especializada para abordar las restricciones miofasciales del piso pélvico y los músculos circundantes. Otro tratamiento puede incluir la reeducación neuromuscular para ayudar a una persona a aprender a relajarse y contraer estos músculos.