El mundo del pegging (parte 1)

¿No has oído hablar del pegging? Me sorprendería, pero bueno. En pocas palabras: el pegging es cuando alguien usa un arnés con correa y un consolador y tiene sexo anal con otra persona. El pegging, con mayor frecuencia, se lleva a cabo entre una pareja heterosexual. La persona propietaria del pene recibe el consolador analmente mientras que la persona propietaria de la vagina usa el arnés y el consolador. Sin embargo, ese no tiene que ser siempre el caso.

Algunas personas usan el término «pegging» para describir todo tipo de sexo con strap-on. Muchas parejas no binarias o no heterosexuales usan el término «pegging» para describir su experiencia durante el sexo con strap-on también. Incluso si se hace por vía vaginal. Sin embargo, una cosa tiende a permanecer constante: en algún lugar dentro de la experiencia, alguien está usando un arnés con correa y un consolador.

El pegging se realiza tradicionalmente con un arnés con correa que se envuelve alrededor de las caderas. No tiene que ser un arnés de cadera, pero como los arneses de cadera están ampliamente disponibles y lo primero que la mayoría de la gente imagina cuando piensa en la fijación, los arneses de cadera tienden a ser la opción más común.

Si bien, el  pegging puede parecer simplemente hacer que el uso de un consolador de mano sea un poco más complicado, la complejidad generalmente vale la pena para las personas que disfrutan él. Eso es por algunas razones:

          • Contacto de cuerpo completo. Si bien puede sostener un consolador con la mano y usarlo con alguien, no tiene los mismos puntos de contacto que el pegging. El pegging presiona las caderas y los cuerpos juntos, y requiere las mismas habilidades físicas que las relaciones sexuales del pene en la vagina.
          • El hombre es el “receptor”. Para bien o para mal, todavía es un tabú en muchas sociedades que el dueño del pene reciba sexo anal de una pareja. Ser el «receptor», en lugar de ser el penetrador, puede generar muchos sentimientos, especialmente los de sumisión.
          • La mujer es la «penetradora». Para bien o para mal, la sociedad no alienta a los dueños de la vulva a tomar las decisiones durante el sexo, por lo que ponerse un consolador es un gran cambio de ritmo de ser el receptor «agradable». Puede ser una verdadera emoción de poder para muchas personas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

INFORMACIÓN BÁSICA SOBRE PROTECCIÓN DE DATOS

Finalidad: Publicación de comentarios. Legitimación: Usted consiente el tratamiento de sus datos para las finalidades indicadas. Destinatarios: No tenemos previsto ceder sus datos a terceros, salvo por obligación legal. Plazos de conservación: Los datos proporcionados a través de este blog serán conservados mientras exista un interés mutuo. Derechos: Tiene derecho a acceso, rectificación, supresión, portabilidad y oposición, como se explica a continuación. Información adicional: Puede consultar la información adicional y detallada sobre Protección de Datos como se explica en nuestra Política de Privacidad.