La terapia de reemplazo de testosterona es común en algunos casos. El estrógeno y la progesterona son hormonas esteroides femeninas que afectan directamente el deseo sexual, el ciclo menstrual y el embarazo de una mujer. Cuando las mujeres experimentan la menopausia, la presencia de estas hormonas comienza a disminuir. Para tratar los efectos secundarios de la menopausia, los médicos desde la década de 1930 han utilizado la terapia de reemplazo hormonal de estrógeno y progesterona. Sin embargo, solo recientemente se ha identificado la hormona tradicionalmente asociada con los esteroides masculinos, la testosterona, como un factor importante de la terapia de reemplazo hormonal femenina, que va mucho más allá de los tratamientos menopáusicos.
Las mujeres producen testosterona en la glándula suprarrenal y en los ovarios. Sin embargo, la cantidad producida es aproximadamente una décima parte de la cantidad de hombres. Y al igual que sus contrapartes masculinas, las mujeres producen la mayor cantidad de la hormona cuando tienen 20 años. Luego, los niveles descienden significativamente después de la menopausia. Del mismo modo, las mujeres que se han sometido a una histerectomía y una ooforectomía bilateral pierden los niveles de testosterona.
Al igual que con los hombres, la testosterona aumenta el deseo sexual de la mujer. En las pruebas realizadas, los niveles de testosterona en las mujeres aumentan a medida que se excitan sexualmente y disminuyen después del orgasmo. Las mujeres con niveles más bajos de testosterona, a menudo experimentan una libido baja o nula.
Cuando los hombres tienen niveles bajos de testosterona, uno de los principales efectos secundarios es la pérdida de masa muscular. También se produce el aumento de grasa abdominal excesiva. Las mujeres, 10 años antes de la menopausia, comienzan a perder testosterona. También a ganar grasa abdominal. Los estudios realizados en la última década han encontrado que las mujeres que recibieron testosterona en estas circunstancias pudieron mantener un peso y un tono muscular más saludables.
La mayoría de las mujeres que necesitan terapia de reemplazo de testosterona están experimentando la menopausia. Por lo tanto, están perdiendo sus niveles naturales de esteroides. Las mujeres más jóvenes que se han sometido a una histerectomía y que ya no tienen la capacidad de producir testosterona también se benefician al recibir la hormona. Asimismo, las mujeres que padecen de un mal funcionamiento suprarrenal ya no pueden producir niveles normales de la hormona. Sin embargo, hay más evidencia recientemente de que las mujeres que sufren de reducción de la libido, fatiga inexplicable, depresión y cambios emocionales del estado de ánimo están experimentando niveles más bajos de la hormona, por lo que pequeñas cantidades de la hormona también pueden ayudarlas.