Nuestra sexualidad expresa no es un tema sencillo. Muchos de nosotros no tenemos confianza en nuestro cuerpo y ennuestra sexualidad. De hecho, la mayoría de nosotros no nos ajustamos a los estándares de los medios de belleza masculina o femenina. En muchos casos, la excitación sexual y la pasión o el envejecimiento no acaba con el deseo sexual, el atractivo sexual y el comportamiento sexual.
Muchas, muchas, muchas personas han descubierto su pasión, por primera vez, en el compromiso a largo plazo del matrimonio o en las últimas etapas de la vida con una relación nueva y emocionante. De hecho, muchas parejas casadas continúan teniendo sexo apasionado y placentero con su pareja de por vida en sus años dorados.
La sexualidad no es una parte separada de nuestra vida. Aparte de las sensaciones en nuestro cuerpo, los sentimientos en nuestro corazón y los pensamientos en nuestra mente forman parte de nuestra sexualidad expresa.
No cabe duda de que nuestra sexualidad expresa quiénes somos, la culminación de nuestras experiencias de vida y nuestros recuerdos corporales. La sexualidad no aparece por primera vez en la pubertad, la adolescencia o la edad adulta, como a menudo sugieren los medios de comunicación. Nuestra sexualidad está con nosotros desde el momento de la concepción, y quizás incluso antes en el útero de nuestra madre, hasta el final de nuestra vida. Los fetos masculinos en realidad tienen erecciones en el útero y las vaginas de las niñas se lubrican durante el sueño.
Las revistas populares para hombres y mujeres quieren hacernos creer algunas cosas. Por ejemplo, que el camino hacia el corazón de cualquier hombre o mujer es a través de la destreza y la habilidad sexuales. Incluso hay cursos que enseñan una variedad de técnicas garantizadas para volver loco a un hombre o una mujer en la cama.
Rara vez los medios de comunicación nos enseñan cómo manejar la timidez. Incluso la vergüenza que muchos de nosotros sentimos o la dificultad que muchos de nosotros tenemos para conectarnos con posibles parejas sexuales. Rara vez escuchamos sobre el miedo al rechazo, el aislamiento, la inseguridad y los problemas sexuales que a menudo experimentamos en nuestras relaciones más íntimas.
¿Y qué hay de muchos de nosotros que somos plenamente capaces de amar a una pareja íntimamente pero de alguna manera nos enamoramos o nos enamoramos de la única persona que nos aleja, nos deja colgando una zanahoria de amor solo para decepcionarnos una y otra vez, dejándonos en un estado mental de autoaniquilación.