La mayoría de nosotros tendremos al menos un ex. Incluso es posible que tengamos que verlos de vez en cuando, quizás debido a los niños, al trabajo o un círculo social compartido. A veces puede ser doloroso, incómodo o vergonzoso, especialmente al principio. Pero es de esperar que nos recuperemos gradualmente y aceptemos lo que sucedió. Tal vez, incluso, volviéndonos un poco cínicos o mundanos como consecuencia.
Pero, ¿qué sucede cuando, una vez que toda la acritud se ha desvanecido, y nos sentimos relajados y más a gusto en su compañía, tal vez no hemos sido sexualmente activos por un tiempo, comenzamos a mirarlos de una manera más favorable y a pensar en antenr sexo con un ex?
Cuán atractivo podría ser después de una ruptura difícil, seguida de un largo período a solas cuidando las heridas, sintiéndose cada vez menos atractivo que se reúna para discutir algo importante solo para sentirse vagamente atraído por él o ella. Una copa o dos de vino más tarde y ya estáis juntos en la cama.
Después de todo, los conocemos muy bien y ellos nos conocen a nosotros. Estamos familiarizados con los gustos y disgustos de los demás. No necesitamos hacer un esfuerzo. Somos adultos que consienten con necesidades, deseos y deseosos de un poco de atención sexual. No hay confusión. ¿No es así?
Si no has tenido intimidad durante un tiempo, es posible que se esté perdiendo la cercanía y el sexo, pero ¿el sexo con tu ex es simplemente una solución temporal que te impide hacer el esfuerzo de seguir adelante? Si bien eso puede estar bien como un arreglo conveniente, lo que parece ser una buena solución en el papel también puede plantear la pregunta, ¿en qué momento comienzas a seguir adelante?
No hace mucho tiempo compartíamos sentimientos, emociones y sueños. Nos amamos, construimos una casa, tal vez una familia juntos. Tener sexo con nuestro ex puede despertar gradualmente esos sentimientos y desencadenar los sentimientos involucrados. Puede no ser lo mejor.
Los problemas surgen si gradualmente comenzamos a esperar más del arreglo. Es importante recordar que esta no es una relación, sino más una conveniencia para ambos. Sin embargo, con el tiempo, es posible que nos encontremos esperando ansiosamente mensajes de texto. Molestos si no llegan. Preguntándonos cuándo será la próxima conexión. Soñando con dónde nos puede llevar nuestro futuro.
El sexo y nuestra ex no se trata necesariamente de hacer el amor o reavivar la relación, sino más bien de liberar el estrés y las emociones reprimidas en un entorno familiar. Nos conocemos, nos sentimos cómodos con el cuerpo del otro, somos conscientes de los gustos, aversiones e idiosincrasias de los demás.