La gente utiliza eufemísticamente la palabra «intimidad» para referirse a sexo. Sin embargo, va más allá de experimentar los resultados del acto sexual. Más bien, es saber quién eres en relación con otra persona a medida que crecen y cambian juntos. Tu compromiso de vivir con intimidad le permite aprender con confianza cómo crear relaciones más profundas. Comprender las piedras angulares de la intimidad puede ayudarte a conceptualizar lo que significa ser verdaderamente íntimo.
Conocer las respuestas sobre ti mismo y aceptarlas como tu verdad te permite hacer lo mismo por los demás. El autoconocimiento es crucial, dado que los adictos sobrios a menudo hablan de perderse en su relación principal.
La autoaceptación significa que tú sabes quién eres y te sientes cómodo con ese conocimiento en esta etapa de recuperación. Significa que puedes recibir comentarios de las personas más cercanas y decidir qué es lo mejor para usted. No se trata de tomar decisiones unilaterales o de ser egoísta, sino de tomar decisiones inteligentes. El desafío de la autoaceptación significa sabes quién eres y defiendes lo que es cierto para ti para crear un cambio, incluso cuando es incómodo.
Un ejemplo de esto es establecer límites personales apropiados. Puedes pensar en tus límites como tus propios límites personales. Tú defines esos límites a tu pareja diciendo sí o no, de tal manera que protejas y mantengas tu integridad. Una vez que sepas lo que necesitas, tú y tu pareja seréis libres de crecer y convertiros en adultos más sólidos.
Los adictos al sexo a menudo encuentran y crean familias debido a la necesidad de consuelo y conexión. Las personas que provienen de entornos familiares difíciles suelen tener un deseo de normalidad. Si bien, crear una familia es fácil, mantener, nutrir y atender a una familia requiere diligencia y disciplina, dos rasgos que los adictos al sexo no suelen poseer. Sin embargo, por construir conexiones contigo mismo y con los demás, puede desarrollar la capacidad de consolar sus ansiedades y conéctese con su pareja sin reaccionar a sus sentimientos.