En primer lugar, por supuesto, los labios. Dado que el beso suele ser el punto de partida para muchas personas, enfocarse un poco más en los labios de tu pareja los ayudará a calentarse . Sin ninguna duda. Elige un recorrido lento al estilo de una película. Besa los labios de tu pareja y frota suavemente tu lengua contra la suya. Si tu pareja responde bien, intenta chuparle también el labio inferior.
Una alternativa es la siguiente: acaricia y masajea sus labios con los tuyos. Después intenta presionarlos juguetonamente uno encima del otro. Mordisqueándolos suavemente o, incluso, usando un pulgar para acariciarlos.
esto: alterna entre besos en el cuello y suaves mordiscos con los dientes. El contraste es extremadamente excitante. También puedes agregar un poco de aspereza aquí, mordiendo y chupando. Siempre que veas que a tu pareja le gusta.
Una alternativa puede ser esta otra: intentar trazar recorridos con tu lengua desde la abolladura detrás de la clavícula hasta el cuello. Sin duda, es una prácrica que resulta tremendamente excitante para muchas personas.
Las orejas son otra zona erógena no tan conocida. La parte más sexy del oído para muchos es el lóbulo, mientras que para otros susurrar cosas dulces es el camino a seguir. El juego en la oreja no es para todos. Especialmente si tu amante ha tenido una mala experiencia antes relacionada con ellas. Esto puede hacer que se estremezcan, así que prueba las aguas primero.