El encierro y el sexo pueden tener una bonita relación. En época de confinamiento como consecuencia de la pandemia de caracter mundial que estamos viviendo, es conveniente recordar algunas cosas. Por ejemplo que el sexo puede ser la solución a un buen número de males que nos acechan en la sociedad que vivimos. Especialmente cuando estos males crecen de manera exponencial por una situación como la actual. De tal manera que algunas de las consecuencias negativas del encierro que estamos sufriendo pueden verse paliadas por el sexo.
De todos son conocidas las consecuencias positivas que tienen el sexo para la salud física del individuo. Son muchos los estudios que determinan que las parejas que mantienen relaciones sexuales, al menos, una vez a la semana son más felices que aquellos cuya frecuencia sexual es menor. Toda esta información debemos utilizarla a nuestro favor durante este encierro.
Está claro que la frecuencia con la que practicamos sexo así como las ganas de hacerlo están determinadas por varios factores. Desde aquellos que tienen que ver, única y exclusivamente, con el material genético del que estemos hechos, hasta nuestra propia biología, pasando, por supuesto, por un buen número de circunstancias que nos rodean y que no son inherentes a nosotros. Estas variables, junto con algunas otras, son las que determinan la frecuencia y las ganas con las que practicamos sexo.
Sin embargo, a causa de la pandemia que atravesamos, el frenetismo del día a día se ha reducido de golpe y porrazo. Aprovechar este momento para acercarnos a nuestra pareja, tanto desde un punto de vista emocional como sexual, es una estupenda idea. De hecho, algunos problemas relacionados con el encierro, como la irratibilidad o la falta de actividad física, pueden verse disminuidos con la práctica activa de sexo.
La liberación de hormonas que ocurre durante la práctica del sexo, además, puede contribuir a hacer que nuestro humor sea totalmente positivo. La relación entre el sexo y la felicidad, sin duda, parte del buen número de liberaciones a nivel hormonal que el cerebro es capaz de ordenar durante un encuentro sexual. De modo que, atacar el encierro con el sexo es una excelente idea.