La expresión «cefalea seual benigna» puede que no sea demasiado conocida. No se trata del dolor de cabeza típico que todos solemos experimentar en nuestra vida diaria. A diferencia de este, es la cefalea que aparece cuando estamos dedicados al acto sexual. Efectivamente, se trata de ese dolor de cabeza que aparece en medio de nuestros encuentros eróticos. Se le denomina «cefalea sexual benigna» porque, de la misma manera que apareción sin hacer ruido, desaparece de forma sigilosa.
Desde que habéis visto el título de la entrada de hoy, la mayoría de vosotros y vosotras habéis pensado en la típica excusa de dolor de cabeza que nuestra sociedad suele asociar a las mujeres. A pesar de que el imaginario casposo colectivo suele asociar el dolor de cabeza relacionado con el sexo a las mujeres, son los hombres los que tienene una relación más intensda con ella. Curioso.
La cefalea sexual benigna, cuando se repite con frecuencia, se puede llegar a convertir en un problema importante. Suele suceder que, en estos casos, el miedo a sufrir este dolor acabe por perjudicar la intimidad sexual de quien las sufre. En ocasiones, el miedo a que suceda lleva a tratar de evitar todo tipo de relaciones sexuales. Llegados a este punto, no esncontramos ante un problema sexual de importante envergadura.
Normalmente, casi todos nosotros, cuando pensamos en mantener relaciones sexuales, nos vienen a la mente ideas positivas. Esto suede porque asociamos con cuestiones positivas para nosotros todo lo relacionado con el mundo de los enuentros sexuales. Eso sucede en la inmensa mayoría de las personas. De hecho cuando esto es así, el sexo puede ser una experiencia realmente extraordinaria.
Sin embargo, cuando emprender un encunetro sexual conlleva un dolor importante, como sucede en el caso de la cefalea sexual benigna, la asociación de ideas relacionadas con el sexo ya no resultan ser tan positivas. En realidad, sucede todo lo contrario, se llega a sociar todo lo relacionado con la actividad sexual al dolor que sentimos. Lo que convierte el sexo en una auténtica tortura. Por supuesto, tan pronto aparezcan los primeros indicios de padecer esta enfermedad, se recomienda acudir a un médico especialista.