Orinar después de la eyaculación es una necesidad que tienen todos los hombres del mundo. La naturaleza podía haber elaborado un poquito más este tema. Sin ninguna duda. El caso es que en el hombre resulta que se utiliza prácticamente el mismo lugar para orinar y para eyacular. Sin duda, un importante ahorro en ifraestructuras corporales pero que, sin embargo, conllean algunas cargas relacionadas con él.
Por norma general, justo después de haber eyaculado, al hombre le invaden unas irremediables ganas de orinar. Sin embargo, la expulsión de la orina no resulta sencilla. Además de tener que esperar por un periodo considerable, a menudo, la expulsión de la orina cursa con dolor.
Es cierto que, generalmente, no se trata de un dolor insoportable, ni mucho menos. Pero sí que, al fin y al cabo, se trata de una molestia que incomoda en una parte de neustra anatomía ya delicada de por sí. El caso es que la expulsión del semen suele provocar una pequeña inflamación y dilatación en el veru montanum, en particualr, y en los conductos eyaculadores en general. La orina no pasa por los mismo conductos pero estos, los de la orina, lo hacen justo por encima de estas dos estructuras inflamadas. La presión que provoca esta inflamación es la que acaba causando esta incomodidad que se nota al orinar.
Otra cuestión a tener en cuenta es que la eyaculación, por norma general, no hace que salga todo el semen del conducto. Con frecuencia, en ellos suele quedar restos seminales. Esto produce un obstáculo aún mayor para la orina que fluye por los conductos adyacentes. Esta pequeña obsturcción de los canales eyaculatorios terminan haciendo mayor la presión sobre los conductos de la orina que termina saliendo con dificultad y algunas molestias.
Los hombres, en general, describen esta sensación como si, después de eyacular, a la hora de orinar hubiese que realizar un mayor esfuerzo del que generalmente se hace. De hecho, comenzar a dar salida a la orina suele llevar tiempo y esfuerzo extra cuando la micción se realiza inmediatamente después de la eyaculación. Ahora ya sabemos el por qué de este asunto.
