Ha llegado el momento de ponernos con nuestra carta sexual a los Reyes Magos. Ya pasaron la Nochebuena y la Navidad. Acabamos de dejar atrás también la Nochevieja y el día de Año Nuevo. Solo nos queda por delante la noche de Reyes. Probablemente, se trata de una de las más bonitas del año. Para poder disfrutar de ella, por supuesto, es imprescindible que hayamos dedicado un poco de nuestro tiempo a escribir nuestra carta. Nosotros, este año, nos centraremos en los deseos que queremos que se cumplan en relación a nuestra sexualidad. Por lo tanto, deberemos escribir nuestra carta sexual a los Reyes Magos.
Es muy probable que haya alguna cosa en nuestra vida sexual que queramos cambiar. En ocasiones, se trata de un simple detalle. En otros casos, hablamos de cambios realmente significativos. Sea como fuere, es importante que miremos atrás para localizar donde están esos puntos para poder incluirlos dentre de nuestra carta sexual a los Reyes Magos.
Estaría muy bien que tuviésemos en cuenta que para disfrutar plenamente de nuestra sexualidad lo único que hemos de hacer es ausmirla, sea cual sea, y tratar de buscar la forma de mantener despierto nuestro interés por el deseo. Solo con eso, ya habremos conseguido alcanzar la parte más importante para gozar con plenitud de la sexualidad. Puede que sea un buen comienzo de carta sexual a los Reyes Magos: que nos permitan asumir nuestra sexualdiad y mantener despierto el interés en ella.
Para ello no es preciso ni ser un experto circense para realizar las posturas más extrañas ni acumular en casa cada novedad del mercado en materia de juguetes sexuales. Alimentar día a día nuestra ilusión por mantener despierto el deseo sexual resultará más que suficiente. No estaría de más incluir esta reflexión en nuestra carta sexual a los Reyes Magos.
Sin embargo, estaría bastante bien que nuestra carta sexual a los Reyes Magos incluyese alguna cosa que nos sirviese para innovar en materia sexual. Las novedades en la cama son una de las mejores herramientas que tenemos a mano para mantenr viva la llama del deseo sexual. Sería una buena idea no olvidarnos nunca de ello.
