Las fantasías eróticas están en la mente de todos nosotros. Desde el momento en que el ser humano es un ser sexual por naturaleza, este tipo de pensamientos positivos se encuentran en nuestra cabeza. Sin ninguna duda. De hecho, estas fantasías sexuales nos ponen en contancto con nuestra forma de vivir la eerótica interior. Sin duda, se tratan de un importante estímulo para la vida diaria.
Resulta relativamente frecuente confundir los deseos con las fantasías sexuales. Sin embargo, no se tratan, ni mucho de menos, de la misma cosa. El deseo tiene que ver con la expectativa de realizar alguna cuestión en particular mientras que la fantasía sexual es algo que nos estimula sin que llegue a existir una decisión clara de llevarla a cabo.
Existe un determinado número de personas que afirman no tener fantasías sexuales. Sin embargo, que eso sea cierto es algo realmente poco probable. Todos tenemos, en determinados momentos, aunque sea de una forma breve, pensamientos en los que fantaseamos con ideas de alto contenido erótico. Es algo totalmente inherente a la sexualidad del ser humano.
Lo que sí es cierto es que algunas personas rechazan este tipo de fantasías sexuales. En estos casos, suelen llegar a sentir placer al recrear este tipo de escenas en su imaginación pero, al mismo tiempo, se atribuyen a sí mismos una carga de culpabilidad por el hecho de hacerlos. Estos casos, evidentemente, están condicionados a nivel cultural y social.
Sin embargo, al margen de las posibilidades que determinado tipo de fantasías sexuales tengan de llevarse a la práctica o no, el uso de este tipo de pensamientos puede mejorar nuestra vida sexual. No debemos olvidar que nuestra sexualidad está conformada por un gran número de variables.
Entre las variables mencionadas en el párrafo anterior están todas las herramientas que nos conectan con el mundo real. Y nuestra imaginación no hace más que almacenar situaciones que, de alguna manera, nos han dejado un poso a nivel sexual. Almacenar todo ese tipo de vivencias y utilizarlas cuando tengamos ocasión, aunque seolo sea a nivel de excitación, puede ser muy positivo para nuestra vida sexual