Que existen diferencias entre el sexo para hombres y para mujeres es obvio. Por supuesto, como no podía ser de otra manera, existen un buen núero de puntos comunes. Faltaría más. Pero, de la misma manera, existen diferencias entre la sexualidad masculina y femenina así como de la manera que tienen de enfrentarse a ella.
Los hombres y mujeres, como no escapa a nadie, somos diferentes en muchas cosas. El sexo, por supuesto, no es una excepción. Por norma general, solemos entender el placer sexual y las maneras de acercarnos a él de manera diferente. Advertimos que, como en cualquier asunto relacionado con el sexo, cada persona es diferente. Por lo tanto, las generalizaciones no nos valdrán más que para entendernos. En ningún caso para buscar modelos inquebrantables. No mucho menos.
Parece establecido en el ideario general que la necesidad de sexo es mayor por parte de los hombres que por parte de las mujeres. Parece que, en el caso de los hombres, la motivación física es la que más presente está a la hora de vivir su sexualidad. En cambio, y esta es una de las diferencias, las mujeres parece que buscan más la satisfacción emocional.
Así pues, si bien ambos pueden disfrutar, y de hecho lo hacen, tanto del aspecto emocional como del físico, parece que toma mayor importancia uno que otro según el sexo. Insistimos en que estas diferencias son solo a efectos de establecer una clasificación genérica.
La estimulación genital por parte de los hombres resulta totalmente necesaria. De hecho, en torno a ella se basa practicamente la totalidad de su impulso sexual. Las mujeres, en este aspecto, también presentan diferencias. Si bien, una vez metidas en la tarea sexual, también les resulta importante, generalmente, ocupa un segundo plano. Las mujeres, en general, tienen una capacidad para el impulso sexual más amplia que la genitalidad exclusiva que parecen tener los hombres.
En cualquier caso, buscar puntos de encuentros para satisfacer ambas formas de disfrutar de la sexualidad propia y de la ajena es la mejor manera de vivir plenamente el sexo y todo lo que ello conlleva.