Las mujeres normales de cierta edad tienen estrías. Es es porque son mujeres de verdad. Por lo general, han tenido uno o varios hijos pero, sobre todo, han tenido una vida. Las mujeres con estrías deberían sentirse orgullosas de ellas. Son reales. No un cuerpo moldeado, cortado en pedazos, reinyectado y con falso bronceado. Simplemente, la vida ha ido dejando marcas en sus cuerpos.
En realidad resulta bastante triste que una mujer no pueda ser simplemente pálida. Que no pueda llevar orgullosa sus marcas de la vida. Las que dan testimonio de haber vivido. Las estrías, en generla, suelen aparecer después de los embarazos. Aunque no siempre es así. En ocasiones son consecuencia de grandes pérdidas de peso por otros motivos. Incluso, a veces, nada tienen que ver con las variaciones de peso y volumen.
Otro tipo de situaciones se pueden dar en la vida de una mujer que terminen generando estrías. En realidad, este tipo de marcas no se han de lucir como su fueran dolorosos recuerdos. Ni mucho menos. Se deben lucir con el orgullo de quien va coleccionando sucesos importantes en su propia vida a los que va sobreviviendo.
Es inievitable que, de vez en cuando, aparezca algún idiota hablando de las imperfecciones en forma de estrías como algo a ocultar en el cuerpo de una mujer. Nunca se debe caer en hacerlos caso. Aunque, lamentablemente, muchas mujeres tienen problemas de aceptación de sí mismas por este tipo de personas.
Evidentemente, la parte física no es más que una parte de la persona. También de las mujeres. Lo que el mundo a menudo ve como defectos físicos de una mujer son solo los aspectos que hacen de ella una persona única. Construídos con el paso del tiempo y de las vivencias experimentadas.
En realidad, ¿qué hace que alguien sea físicamente perfecto? Ciertamente no es la simetría. Ni la falta de estrías. Si alguna vez has visto en tiendas de fotos una cara perfectamente simétrica, simplemente se ve extraña y antinatural. Es dentro de nuestros defectos donde reside la belleza. Sin ninguna duda. Las marcas en el cuerpo no son más que los recuerdos que la vida nos va proporcionando de cada una de nuestras luchas.