Pero ¿qué pasa con los cambios psicológicos que acompañan al envejecimiento? Independientemente de nuestro estado de salud, ¿el sentirse viejo también tiene implicaciones para nuestra vida sexual?
Un nuevo estudio sugiere que sí. En este estudio, los investigadores analizaron los datos de una encuesta longitudinal nacional de 1.170 adultos estadounidenses de 40 años o más. Los participantes completaron dos encuestas con aproximadamente diez años de diferencia. En ellas, se les hicieron varias preguntas sobre sus vidas sexuales, incluida la frecuencia con la que tienen relaciones sexuales, lo satisfactorias que son y el deseo que tienen de tenerlas. Además, se les pidió que informaran su edad subjetiva, es decir, la edad que sienten la mayor parte del tiempo.
Quizás no sea sorprendente. La frecuencia, la calidad y el interés en el sexo disminuyeron durante ese período de diez años. Además, en consonancia con investigaciones anteriores, aquellos que permanecieron en mejor estado de salud tendieron a mantener una vida sexual más activa y satisfactoria. Sin duda, eran conclusiones que estaban dentro de lo que podíamos esperar a priori.
Entonces, ¿cómo la edad subjetiva y las actitudes hacia el envejecimiento influyeron en todo esto? Resultó que ninguno de ellos estaba relacionado con cambios en la frecuencia con que las personas tenían relaciones sexuales.