Freud puso sexo en el mapa. Se dio cuenta de que incluso los bebés tienen sentimientos eróticos y que todas las partes del cuerpo pueden ser eróticas. Freud sabía que el amor, el sexo, las fantasías e incluso la ambivalencia están en nuestra mente de manera consciente e inconsciente.
Si somos honestos, Sigmund Freud se equivocó en algunas cosas. No entendía muy bien la sexualidad femenina y cometió un gran error cuando afirmó que el orgasmo del clítoris carecía de importancia, excepto como precursor del más importante orgasmo vaginal. Sin embargo, él consiguió varias cosas muy importantes. Aquí están algunos de sus descubrimientos más importantes sobre el amor y el sexo.
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- La sexualidad es la debilidad de todos. Pero también la mayor fortaleza. El sexo es un motivador principal y un denominador común para todos nosotros. Incluso, o quizás especialmente, los individuos más prudentes, de apariencia puritana, luchan en gran medida contra su apetito y expresión sexual. Freud observó esta lucha en hombres y mujeres en la Viena victoriana. Pero nuestra sexualidad también nos define de una manera sana y esencial.
- Cada parte del cuerpo es erótica. Freud sabía que los seres humanos eran seres sexuales desde el principio. Tomó su inspiración de la lactancia del bebé en el pecho de la madre para ilustrar el ejemplo de una sexualidad más madura. Dijo: «Nadie que haya visto a un bebé hundirse de regreso del pecho y quedarse dormido con las mejillas enrojecidas y una sonrisa feliz puede escapar. El reflejo de que esta imagen persiste como un prototipo de la expresión de satisfacción sexual más adelante en la vida. ”
- La homosexualidad no es una enfermedad mental. Señaló que las personas homosexuales a menudo se distinguen por un desarrollo intelectual y una cultura ética especialmente elevados. En 1930, firmó una declaración pública para derogar una ley que criminalizaba la homosexualidad. Y en su famosa carta a una madre que desea curar a su hijo de homosexualidad, Freud escribió que “la homosexualidad no es una ventaja, pero no es nada de qué avergonzarse, no hay vicio ni degradación; no puede ser clasificado como una enfermedad. »
- Todas las relaciones de amor contienen sentimientos ambivalentes. Entre los diversos descubrimientos de Freud estaba la ambivalencia involucrada en todas las relaciones íntimas y cercanas. Si bien podemos sentir conscientemente un amor genuino y realista hacia un cónyuge, pareja, padre o hijo, las cosas nunca son exactamente lo que parecen ser. En el mundo del inconsciente, debajo de la participación más amorosa y atenta están los sentimientos, las fantasías y las ideas negativas, odiosas y destructivas. Freud reconoció que esta mezcla de amor y odio en las relaciones cercanas es parte de la naturaleza humana y no necesariamente patológica.
- La sexualidad es la debilidad de todos. Pero también la mayor fortaleza. El sexo es un motivador principal y un denominador común para todos nosotros. Incluso, o quizás especialmente, los individuos más prudentes, de apariencia puritana, luchan en gran medida contra su apetito y expresión sexual. Freud observó esta lucha en hombres y mujeres en la Viena victoriana. Pero nuestra sexualidad también nos define de una manera sana y esencial.
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