¿Necesidad o deseo? ¿De dónde viene, exactamente, el sexo? La gran limitación reside en el desconocimiento impuesto por la complejidad del tema. Aunque parezca tangible y fácil de abordar. Sin embargo, la ignorancia es superada por el ejercicio de abstracción y el intento de interpretación de la sexualidad y del comportamiento humano en el contexto de las ciencias económica y de gestión.
Esta reflexión es un descubrimiento. Aunque de forma tímida por respeto a la diversidad y libertad de raciocinio de las personas. Induce a una discusión en torno a la sexualidad en una óptica tradicional, en la que e ve como una necesidad intrínsecamente ligada a la naturaleza de las especies en general y humana en particular, o en una óptica contemporánea basada en la reivindicación de las libertades y derechos. Es decir, desde el punto de vista del deseo.
La necesidad es un estado de carencia emanada por el organismo como resultado de algún desfuncionalismo armónico en el funcionamiento normal del sistema. Los sentidos se encargan de emitir señales para indicar el anhelo de obtener del medio externo alguna solución que satisfaga momentáneamente ese déficit. El hombre podrá seleccionar los instrumentos adecuados para satisfacer tal necesidad. Para su propio beneficio.
A la luz de la pirámide de la jerarquía de las necesidades, el sexo es una necesidad básica de segundo nivel. Es suscitada después de satisfechas las consideradas necesidades fisiológicas o vitales. Su práctica contribuye al equilibrio físico, emocional y mental. Evita situaciones de incomodidad originadas por el estrés, ansiedad, indisposición, autoestima, belleza facial, etc.
Además de los resultados descritos anteriormente como beneficios de la práctica del sexo, aunque de dimensión secundaria, la reproducción se destaca como el principal impacto de su práctica mediante condiciones previamente creadas a tal efecto. Sin duda. Este hecho puede inducir la constatación según la cual en la consecución de los beneficios inmediatos de la práctica del sexo puede resultar la reproducción de los seres. La supervivencia de la especie.
Mientras que el deseo es una decisión consentida. También deliberada en cómo podrá ser satisfecha esa necesidad. Trata de exigir alguna racionalidad más o menos elaborada en función de la escasez de recursos, soluciones e instrumentos existentes. Con la eficiencia requerida para optimizar su uso se obtienen resultados bien logrados y conquistados. Considerando la diversidad, la relatividad de las opciones y el respeto de la acción de cada ser, se observa el egoismo instintivamente seguido por el agente. Al menos, eso parece.