En realidad, el sexo con palabras no tiene una expresión en español que se utilice comúnmente. El “making love with words” inglés sí que es utilizado con frecuencia. En castellano podemos llamarlo charla erótica. Una vez más, el mundo anglosajón nos mejora con su “dirty talk.” En realidad, viene a ser una suerte de “dime cosas guarras al oído.” Lo llamemos como lo llamemos, lo cierto es que es una variedad de experiencia sexual muy utilizada. El sexo con palabras, a menudo, sirve como complemente a una buena sesión de cama. En realidad, a veces se utiliza como complemento, a veces como parte previa y, a veces, incluso como sustituto. Cada circunstancia requiere un uso.
La estructura del sexo con palabras tampoco es algo que esté plenamente definida. En ocasiones podemos estar ante unas pocas palabras sueltas. Sin más. A pesar de parecer poca cosa, puede que aporten la intensidad que requiere el momento. En otras ocasiones, por el contrario, podemos estar ante una narración completa. Ya sea en forma de órdenes o sugerencias. A veces se utiliza para primera persona. Sin embargo, no es el tiempo verbal o que lo define. De hecho, también es posible utilizar la segunda y tercera persona. En realidad, lo único importante es disfrutarlo como merece la circunstancia.
Este sexo con palabras es capaz de animar la vida sexual de las parejas que lo ponen en práctica. Sin ninguna duda. La comunicación durante una sesión de sexo no tiene por qué limitarse a aspectos no verbales. Ni mucho menos. El cuerpo, las miradas y los sonidos son importantes. Por supuesto que lo son. Pero esto no quiere decir que no le demos importancia al lenguaje hablado. De hecho, las palabras, a menudo hacen más ricas las sensaciones. Por no hablar de su capacidad para favorecer la creación de determinados vínculos.
Cuando estamos solos, es habitual que recreemos determinadas fantasías eróticas para dotar de un contexto a nuestra experiencia sexual. Funciona muy bien casi siempre. De la misma manera, cuando estamos en compañía es posible, a través del lenguaje hablado, poner en marcha ese contexto erótico que tanto favorece la interacción sexual.