Los gemidos sexuales son algo que puede producir un alto nivel de excitación. De hecho hay personas a las que pocas cosas le excitan más que oír, en pleno acto sexual, a su pareja gemir de placer. Es evidente, que los responsables de la industria pornográfica lo que saben. Cualquiera que haya visto alguna escena del cine porno, es decir el 99,99 % de la población, lo sabe. Tanto es así, que en ocasiones, más de una mujer a utilizado los gemidos para fingir el orgasmo y acelerar, de esta manera, la eyaculación de su pareja. Los gemidos sexuales, sin duda, son una potente herramienta de excitación. Una vez más, cómo la utilicemos, depende de nosotros.
No es cierto que todo placer vaya acompañado de un sonido. Ni mucho menos. De hecho existen estudios científicos que concluyen que la mayoría de las personas no emiten gemidos sexuales como consecuencia del orgasmo. Sin embargo, si es cierto que un buen número de personas sí que lo hacen. También es cierto que mucha gente experimentar un alto nivel de excitación cuando escucha este tipo de gemidos.
Lo cierto es que para alginas personas los gemidos en el sexo son una parte irrenunciable de su sexualidad. Cuando esta circunstancia se da, no suelen considerar que la acción sexual es completa si no tienen la posibilidad de expresarse a su manera. Sin embargo, esto no siempre es posible. A veces, es preciso ser relativamente discretos. Es indudable que, para estas personas, tener que reprimir los gemidos sexuales también puede proporcionar un morbo añadido. Y es que, como en todas las cuestiones de la vida, es relativo.
En ocasiones tendemos a pensar que somos los únicos que hacemos ruido cuando nos enfrentamos a la actividad sexual. Sin embargo, lógicamente, esto no es así. Escuchar a otras parejas emitir sonidos que denotan placer puede generar diferentes reacciones en un mismo individuo. De hecho, las reacciones al escuchar los gemidos sexuales de otras personas pueden ser muy diferentes según de quién provengan. No es lo mismo escuchar a determinadas parejas que a otras. Los prejuicios o no que tengamos acerca de esta circunstancia pueden resultar determinante sobre el nivel inspirador que nos podría producir.