Las relaciones eróticas entre mujeres han sido, son y serán a lo largo de la historia. Esto, desde luego, no es ninguna novedad. Todavía hay gente que no puede concebir las relaciones sexuales si no existe coito. Por supuesto, nada más lejos de la realidad. La penetración no resulta algo imprescindible para que relación sexual pueda ser totalmente completa satisfactoria. Por supuesto, esto resulta cierto en todo tipo de combinaciones. Tanto en el caso de un hombre y una mujer como en el caso de los hombres o dos mujeres. Las relaciones eróticas entre mujeres puede ser absolutamente satisfactorios a pesar de que exista penetración.
Lo cierto es que las posibilidades que existe en las relaciones eróticas entre mujeres son infinitas. A nivel cultural hemos heredado la idea que asocia el erotismo con la reproducción. Por eso seguimos asociando el sexo con el coito. Sin embargo, las posibilidades que tenemos a nuestro alcance son totalmente ilimitadas.
La ausencia de en las relaciones eróticas dos mujeres no hace más que abrir una importante puerta a la creatividad sexual. La capacidad de inventiva que despierta lo que no es demasiado bien afectado a nivel social es un buen estiímulo. La búsqueda del placer puede llevarse a cabo por vías muy distintas. No es necesario seguir un camino predeterminado. Nada está diseñado de antemano.
Por supuesto, en las relaciones sexuales entre dos mujeres es posible el uso de algún tipo de juguete erótico que se cargue de penetrar a una o a las dos participantes. Sin embargo, esto es solo una opción. En absoluto, se puede considerar algo imprescindible. De hecho, lo más habitual es que esta situación no suceda. Aunque el imaginario social de las relaciones entre lesbianas lo contemple a menudo. El origen de esta creencia suele estar en el cine porno dirigido mayoritariamente por hombres.
La estimulación directa del clítoris es, sin duda, la práctica sexual que más será en las relaciones eróticas entre mujeres. 10 sea con los dedos, con la lengua, o con determinados objetos. Sin duda, estamos ante la práctica sexual más eficiente para una prueba si de alcanzar el máximo placer se trata.
