Las mujeres también tienen testosterona. Además la mega de la misma forma que lo hacen los hombres. En realidad, la única diferencia en este sentido es que los niveles con los que cuentan son menores. Según la persona, la producción de testosterona en una mujer puede llegar está entre un 10 y un 50% más bajo que los criterios establecidos como normales en el caso de los hombres.
Hemos de saber que la testosterona que es generada por las gónadas. Los testículos en el caso de los hombres y los ovarios en el de las mujeres. Cuenta con un amplio catálogo te funciones que que tienen algún tipo de relación con la sexualidad. Algunos de ellos están relacionados con diferentes aspectos de la sexualidad. Pero no todos. También resulta de vital importancia otras cuestiones biológicas.
Aunque las mujeres tengan un nivel más bajo de testosterona, Esto no que la hormona no funcione con la misma intensidad en ellas. Al menos cuando niveles óptimos. Cosas que sucede entre los 18 y 25 años de edad. El hecho de contar en sangre con un 30% menos de testosterona que un hombre no quiere decir, en ningún caso, que una mujer cuenta con menor deseo sexual Ni mucho menos. Esto es debido a que esta hormona funciona actuando con otras hormonas a través de complejos procesos endocrinos. Estos procesos funciona de forma diferente en el hombre y en la mujer. El resultado final de estos procesos no depende exclusivamente de la cantidad de hormona generada.
La mayor cantidad de testosterona, en cambio, sí que afectan a otras cuestiones. Concretamente, a los llamados rasgos sexuales secundarios. Son los que se encargan de conformar la apariencia masculina en los hombres. Este tipo de caracteres, por citar varios ejemplos, pueden ser el timbre de voz, el vello corporal o la masa muscular.
Así pues, a modo de resumen, hemos de resaltar que la testosterona es una hormona que resulta ser segregada tanto por hombres como por mujeres. De la misma manera. La única diferencia está en la cantidad. Es menor en el caso de las mujeres. Sin embargo, esto no afecta haz la cantidad de deseo sexual sino a los rasgos sexuales secundarios.