La salud reproductiva, en ocasiones, es confundiad con la salud sexual. Como no puede ser de otra manera, ambas guardan relación. No en vano nuestra forma de reproducción es sexual. Por supuesto que ambas están relacionadas. Sin embargo, existen diferencias significativas entre una y otra que resulta conveniente aclarar. No siempre somos capaces de establecer los límites donde acaba una y empieza la otra. Evidentemente, cuando hablamos de salud reproductiva lo estamos haciendo de todo lo enfocado a la reproducción sexual, es decir, a la procreación.
Antes de hablar de la salud reproductiva propiamente dicha, hemos de alcarar cuales son los límites de la salud sexual. La Organización Mundial de la Salud, conocida por sus siglas OMS, la define como «el estado de bienestar físico, emocional mental y social relacionado con la sexualidad; la cual no es la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud.»
Por lo tanto. la salud sexual precisa de un enfoque de respeto. Tanto a la sexualidad en sí misma como a las relaciones sexuales. Incluyendo, en todo caso, todas las manifestaciones de sexualidad existentes. De la misma manera, debe manifestarse en lmáximo respeto por cualquier forma de relación sexual en el que los participantes hayan elegido su contenido. Entodo caso estan deben ser experiencias seguras y placenteras. Por supuesto, han de ser completamente libres de coaación, discriminación y cualqueir tipo de violencia.
La salud reproductiva, por su parte, ha de abordar todos los mecanismos de la procreación. Por lo tanto, debe tener en cuenta el funcionamiento del aparato reproductor. Ha de realizarse a lo largo de todas las etapas de la vida de una persona. Atendiento en todo momento a sus diferencias.
La salud reproductiva implica el hecho de contar con una sexualidad libre y responsable. Corresponde únicamente al individuo la elección de tener o no hijos así como el momento de llevar a cabo esta decisión. Por lo tanto, esto otorga a los hombres y mujeres la libertad de elegir métodos de control de la concepción. Es inherente a ella el acceso a servicios apropiados de salud que den la posibilidad de contar con el apoyo médico necesario durante el embarazo.