La gente hace muchas cosas raras. Esta frase, en general, sería válida. En realidad, sería válida para casi cualquier ámbito de la vida. Incluso para cualquier asunto relacionado con las relaciones sociales. A cualquier nivel. Pero si la aplicamos al sexo, parece que la frase en cuestión cobra una nueva dimensión. Si en un ámbito de la vida las personas realizan cosas raras, sin duda, ese es el sexo. Y es que, en el amor y en el sexo todo vale.
Una de las cosas raras que hace la gente durante el sexo es utilizar el teléfono. Sí, como lo oyes. Follar y hablar con otra persona mientras es más habitual de lo que te puedes imaginar. Por supuesto que las nuevas tecnologías han ampliado este ítem. Ahora ya no solo se usa el teléfono para hablar. Podemos hacer extensible esta práctica a cualquier uso que se te imagina con un teléfono móvil. Desde enviar un mensaje de texto hasta hacer una consulta en Interte. Vivir para ver.
Por supuesto, grabarse mientras se realizan prácticas sexuales es algo que se podía incluir en el apartado anterior. Sin embargo, se trata de algo que ha alcanzado un rango tan cotidiano que ya ni siquiera se puede llegar a considerar una de las cosas raras que hacer durante el sexo.
Lo de comerse las uñas ya resulta raro en otro ámbito de la vida. No se me ocurre niguna situación en la que esta acción se pudiese considerar algo normal. Sin embargo, hacerlo durante la práctica de una atividad sexual me parece que es algo fuera de toda lógica. Sin duda, una de las cosas más raras que se dan durante el sexo.
Otra de las cosas raras que suelen pasar en los hogares españoles cuando se practica sexo es que la mascota de la casa revolotee alegremente por entre los cuerpos desnudos de los practicantes. Los propietarios de perros o gatos, especialmente, no suelen reparar siquiera en que mientras están entregados al sexo su mascota se está rozando con ellos y con su pareja. Y es que , como decía el sabio, hay gente para todo.