Nuestra vida sexual debería ser una de nuestras preocupaciones diarias. Nuestro bienestar general depende, en gran medida, de la cantidad de felicidad que encontramos en el sexo. Sin lugar a dudas, resulta un aspecto demasiado importante como para no tenerlo en cuenta. Y, como sabemos, el día a día puede amenazar de una forma muy significativa nuestra vida sexual. El estrés, la rutina y las preocupaciones inciden en ella y pueden contribuir a hacer disminuir nuestro nivel de deseo. Por eso resulta muy valioso que nos hagamos determinadas preguntas y que nos animemos a contestarnos con sinceridad.
La primera de las preguntas que deberíamos hacernos es qué papel está jugando nuestro subconsciente en nuestra vida sexual. Y es que hemos de ser conscientes que cada uno de nosotros llevamos a cuestas nuestra propia historia pero, también, nuestra propia mitología. Por supuesto, en materia sexual, sucede lo mismo. Lo vivido en el sexo y lo mitificado nos ayudará a entender, por ejemplo, el papel que ocupa nuestra pareja sexual en la actualidad.
Otra de las preguntas importantes que deberíamos hacernos es qué cosas me gustaría probar y de qué cosas ya me he cansado. Es inevitable que durante la vida sexual de cualquier adulto hayan pasado un buen número de acontecimientos y de personas diferentes. Ellos son los que nos han proporcionado las experiencias que han cosntruído nuestra historia. Este es el punto justo para valorar qué cosas ya no queremos seguir haciendo y qué cosas que no hemos probado nos gustaría conocer. A por ello.
Preguntarnos sobre la importancia de nuestra libido dentro de nuestra vida sexual resulta importante. Pero resulta igualmente importante preguntarnos sobre su importancia fuera de ella. Estamos ante una expresión manifiesta de la fuerza vital. Hemos de entender que en otros ámbitos como el trabajo, la amistad o el trabajo, también se manifiesta. Y de qué manera.
También resultaría especialmente util preguntarnos acerca de la presencia actual de nuestras fantasías sexuales. De eso no cabe duda. Una fantasía sexual es un gran potenciador del deseo. Precisamente por ello, resulta tremendamente interesante proceder a analizar la evolución que han tenido a lo largo de nuestra vida.