El mundo de las hormonas sexuales es, en realidad, un gran desconocido para nosotros. Sin embargo, están en el centro de toda vida sexual. Es probable que no nos hayamos enterado de ello, pero es así. Ellas nos producen las sensación de deseo. También nos preparan para el sexo. De la misma manera, nos hacen recuperarnos y volver a empezar. Las hormonas sexuales son als que marcan nuestra vida sexual. Aunque no nos enteremos.
Lo primero que hemos de saber acerca de las hormonas sexuales es que son diferentes para los hombres y para las mujeres. Lógicamente, son las que se encargan de la función de reproducción. Pero no solo de eso. También son las responsables de activar el deseo sexual. Por supuesto, empiezan a manifestarse con el comienco de la adolescencia.
Las hormonas sexuales se producen en los órganos sexuales. Aunque es el cerebro el que ordena que se liberen por el organismo. En realidad, no son más que un mensajero que se encarga de trasmitir información a las células. Otra función importante es su responsabilidad en los caracteres sexuales secundarios.
Las hormonas sexuales de las mujeres se secretan en un esquema idéntico que se repite cada 28 días. En la primera mitad de este ciclo se producen los estrógenos. Estos permiten la maduración del óvulo hasta la expulsión del mismo. También se encargan de la estimulación en la producción del moco cervical. En la segunda mitad del ciclo, si al menos uno de los óvulos no ha sido fecundado, se pru¡oduce la distrucción del encaje uterino. Más conocida como menstruación.
La testosterona es la principal de las hormonas sexuales masculinas. Los testículos son los encargados de su producción. Lo hacen de manera contínua. La testosterona es la responsable de los caracterres sexuaels secundarios de los hombres. Se encarga de la producción de espermatozoides. Las mujeres también producen testosterona. Sin embargo, lo hacen a un nivel muchísimo más bajo que los varones.
Todo lo relacionado con la libido, el deseo sexual y la reproducción es responsabilidad de nuestras hormonas sexuales. De forma anónima, son las encargadas de velar por que nuestra vida sexual y reproductiva sea posible.