¿Has oído hablar del Shunga? Probablemente, no. Se trata de un tipo de producción visual, originario de Japón, que representa escenas sexuales. Su vinculación proncipal es con la producción conocida como «estampas del mundo flotante». Tiene como origen las ilustraciones presentes en la literatura popular autóctona del periodo entre los siglos XVII y XIX. EL Shunga también está influenciado por la actualidad pictórica de este periodo.
El Shunga ha sido prohibido y regulado durante todoa su Historia. Sin embargo, el género no ha muerto, ni mucho menos. En los periodos más oscuros, la tradición a este respecto se practicaba de forma furtiva.
Desde le punto de vista etimológico, «Shunga» significa «imágenes de primavera». La palabra es japonesa pero su origen es chino. Cabe destacar que la palabra «primavera» a menudo se utiliza como metáfora para nombrar el acto sexual.
Las escenas del Shunga reproduccian relaciones sexuals de la más diversa índole. Desde las prácticas más convencionales a las más perversas. Pasando, por una amplia escala de grises. Es muy destacable la incorporación a las obras de los actores de la sociedad japonesa del momento. Por lo que, incluso, puede llegar a considerarse una crítica social, en determinados aspectos.
A pesar de la persecución de este arte, tanto los artistas como los editores solían recibir altas sumas de dinero por la venta de este tipo de obras. Por este motivo, fundamentalmente, siempre permaneción vivio el Shunga. Son muchas las obras en buen estado que han llegado a nuestro tiempo. Incluso de artistas de renombre.
Es cierto que las prohibiciones de algunas épocas llevaban a que sus autores no firmasen las obras con su nombre. Por ello, son muchas las obras con pseudónimos que hoy conocemos. La apertura de Japón a Occidente en el siglo XX popularizó el Shunga más allá de Japón. De este modo, importantes colecciones de este arte han llegado a nuestros días. Algunos de los más importantes museos europeos cuentan con obras de este género.