Los testículos también son parete de este juego. Aunque a menudo se olviden de ellos. Sin embargo, cuando se manejan con destreza, son una fuente inagotable de placer. Tanto se han olvidado los testículos que hemos visto necesario hacer una entrada en nuestro blog, dirigido a las mujeres, que hable de la importancia de la estimulación testicular en una relación sexual. Ahí es nada.
En el ámbito sexual está claro que la exploración es una de las claves más importantes del placer. Explorar no siempre implica una nueva fantasía sexual. Tampoco tienen por qué ser practicar una postura poco habitual. A veces todo es más sencillo. Puede que, simplemente, consista en dedicarnos a aquellas partes del cuerpo de nuestra pareja a las que no siempre hacemos caso. O que sean ellas quienens lo hagan.
Se trata de investigar en las zonas erógenas más olvidades. Son muchas, tanto en mujeres como en hombres. Y cuando de zonas erógenas masculinas se trata, hay una muy especial: los testículos. Juega con ellos y vuélvelo loco.
Durante el sexo oral, acaricia al mismo tiempo esta área. Así conseguirás estimularle el doble. Para que te hagas una idea, es como cuando el te practica sexo oral y, al mismo tiempo, acaricia tus pechos. Siempre que lo practique con solvencia, claro. Si no es así, puede ser una mala experiencia. En este caso sucederá lo mismo.
Lo mismo que haces con su pene a la hora del sexo oral lo puedes hacer con sus testículos. Chúpalos suavemente. Puedes utilizar la lengua y, si lo deseas, succiona también. Todo con mucha delicadeza para no hacerle daño. Provocar dolor en esta parte puede ser algo terrible. Recuerda: simpre con mucha suavidad.
Los testículos son muy delicados. Por eso has de estimularlos con mucha suavidad. Además tienes que evaluar si a tu chico le gusta la posibilidad de que juegues con ellos. Empieza con caricias suaves. Toma los con tus manos de forma delicada. Permanece muy atenta a su reacción, que será la que te guiará diciendo si le gusta o no tu idea para excitarlo. Seguro que sí.