Ser follamigos es algo que está de moda. A las relaciones de pareja convencionales se les une esta nueva forma de relación. En realidad, puede que la forma de relación no sea tan moderna. La novedad, definitivamente, está en el nombre. Ponerle un nombre a este tipo de relación, definitivamente, formaliza su inclusión en el listado de formas de relacionarse con una pareja. Al fin y al cabo, a nivel semántico parece bastante claro, qué significa ser follamigos. ¿No es así?
Se trata, por ejemplo, de practicar sexo con una compañera de trabajo. incluso podemos, después del sexo, pasar la noche juntos. A al mañana siguiente, cada uno se ducha por separado y acude a su puesto de trabajo por sus propios medios. Ya en el trabajo, el trato ha de ser como con cualqueir otro compañero o compañera. Una vez que salgamos ambos del trabajo, cada uno a sus ocupaciones sin mayor explicación. Y así hasta que, las circunstancias nos vuelvan a hacer compartir sábanas.
La forma de llegar a este tipo de relación no es única. Hay gente que aspira a una relación convencional pero, al no sentir reciprocidad por la otra parte, acepta este tipo de relación. Otros, la mayoría, deciden ser follamigos porque comparten intereses. Quieren compartir sexo cuando así lo deseen y, el resto del tiempo, mantener una bonita amistad que no comprometa a nada más.
Estas relaciones suelen empezar con una amistad. No suelen originarse en la típica noche de fiesta en la que salimos a ligar. En general, cuando alguien encuentra una relación casual en una discoteca, no pretende más. Esa noche es todo el objetivo a alcanzar. Los follamigos, en cambio, son amigos a los que les gusta quedar de cuando en cuando para pasar algun tiempo juntos. También, en otras ocasiones, para ambas cosas. Pero no siempre.
Este tipod de relación no compromete a nada más allá de la amistada. Cuando ambos follamigos comparten las ganas de tener un encuentro sexual lo tienen y ya está. El resto del tiempo, cada uno es totalmente libre de hacer si vida a todos los niveles.