Tocarse entre los dos siempre es una buena idea. Las caricias generan un gran caudal de energía relajadora. De eso no cabe duda. De puede llevar a cabo con ejercicios sencillos. Mientras redescubrís, mutuamente, vuestros cuerpos. Asegúraos de eliminar todas las tensiones producidas por el estrés cotidiano. Tocarse entre los dos es la mejor manera.
En estos días, en los que parece haberse sustituido la intensidad emocional por la del tipo físico, estos tocamientos son un buen remedio para que en la pareja no se pierda la sensualidad. Parece que estamos en los tiempos del atletismo sexual. De hecho, algunos psicoanalistas ya identifican así a nuestra época. Sin embargo, hay que aprender a incorporar el tacto como una herramienta para liberarnos de todas las cargas de nuestro cuerpo.
Tocarse entre los dos es la forma de explorar las variadas formas de placer que nos harán sentir más armoniosos. Se puede llevar acabo, por ejemplo, practicando una rutina de masajes de varios minutos. Sería suficiente con realizarlo, al menos, tres veces por semana. Sin duda, una buena forma de disfrutar .
Para hacer estos ejercicios dedicarods a tocarse entre los dos, la pareja deberás elegir un lugar con temperatura confortable. Deben asegurar al máximo la privacidad. También es buena idea vestir ropa interior cómoda. Quien recibe el masaje debe colocarse boca abajo. Preferiblemente, con los ojos cerrados. Los brazos deben colocarse a ambos lados de la cabeza. Quien va a acariciar, se ubicará sentado o arrodillado sobre él.
Quien haga el masaje calentará a las manos alguna crema. Luego comenzará a rozar el cuello y los hombros de la pareja. El masaje no debe ser enérgico, sino más bien suave y con movimientos circulares. Hay que ir variando la intensidad del tipo de contacto.
Para tocarse entre los dos de forma correcta, desde la base del cráneo irá bajando por la espalda. Siempre siguiendo la línea de la columna vertebral. Después, las manos deben recorrer las caras internas del cuerpo. Es decir, el interior de los muslos, los brazos y los dedos de las manos y los pies.
Una vez recorrido varias veces el torso, quien recibe los masajes se tumbará. El que acaricia repetirá la rutina, pero ahora comenzará desde los músculos de la cara y seguirá por el cuello, el tórax y el pecho. El masaje debe ser lineal, no circular.