El cuestionamiento de lo normal en el sexo

El cuestionamiento de lo normal es un comportamiento bastante habitual. También cuando hablamos de sexo. Pero, en realidad, ¿alguien puede explicar qué es lo normal y qué no lo es? En el ámbito que nos ocupa, eeste extremo es, si cabe, aún más exagerado. Sí podemos hablar de lo más habitual en materia sexual. Incluso de lo más frecuente. Sin embargo, tratar de definir normalidad en un mundo tan particular como es el sexual, resulta algo, sencillamente, inviable. Afortunadamente, existe mucha gente que está convencida de que el cuestionamiento de lo normal en el sexo es la única opción posible.

El término parafilia se refiere al amor paralelo a la forma convencional. El sexo convencional, tal y cómo nos han tratado de inculcar,debería ser heterosexual, coital. El fin único debería ser el de tener hijos. La práctica sexual, según estos trasnochados cánones, deberían ser llevados a cabo de manera real por el hombre y supino por la mujer. Sin embargo, como no escapa a nadie, esta supuesta normalidad nominal contradice la rica diversidad sexual existente. Esto es una realidad. El cuestionamiento de lo normal en el sexo es una realidad. Afortunadamente. Y tiende a crecer este pensamiento.

Si se hubiése podido definir un patrón de normalidad en el sexo de las últimas decadas, este patrón hubiese experimentado cambios manifiestos en los últimos años. Y los seguiría experimentando en el futuro. En realidad, lo único que nos debería preocupar en lo referente al sexo es si una conducta podría causar daño a los demás, daño a uno mismo o muestra carácter obsesivo de la conducta. No en otro caso.

Incluso la mayoría de las parafilias ocupan un lugar central como comportamiento sexual normal. Siempre que no incumplan alguno de los criterios expuestos en el párrafo anterior. Si no dañan a nadie, no hay asunto. Así debería ser. Se ha tendido a pensar que el concepto de parafilia debería de depender de la esfera cultural y del momento histórico.

La mayoría de los sexólogos coinciden en que los comportamientos sexuales que se realizan entre adultos, de común acuerdo y que no causan daños a nadie no suponen ningún problema. Como ejemplo, en el pasado las prácticas como la masturbación, la homosexualidad, el sexo anal o el oral, se consideraban parafilias. Todas ellas hoy están perfectamente integradas en nuestra realidad social. Afrotunadamente.

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