Los hombres también fingen orgasmos. De hecho, uno de los problemas sexuales que más avergüenzan a los hombres es la anorgasmia. La mayoría de ellos están años fingiendo orgasmos por miedo a consultar a un especialista. Solo acuden a uno cuando ya les resulta indispensable. Mientras tanto, fingen y fingen.
La anorgasmia coital masculina se define médicamente como el trastorno surgido cuando el hombre no puede eyacular y tener orgasmos en la penetración vaginal. Sin duda, resulta tabú para muchos pacientes. Sin embargo, la verdad es que se trata de una de las disfunciones sexuales con más incidencia entre los hombres, según los datos de urólogos y sexólogos.
La mayoría de los pacientes que se acercan a la consulta de un médico para consultar sobre su anorgasmia suelen tener más de 40 años. Suelen esconderla por vergüenza e inseguridad. Esto denota una importante falta de comunicación con su pareja. En muchos casos, fingen durante mucho tiempo antes de acudir a la temida consulta.
Las causas de esta disfunción sexual son diversas. Puede deberse, por ejemplo, a la ingesta de ciertos medicamentos. Algunos antidepresivos retardan la eyaculación, a modo de ejemplo, pero también puede ser debido a la consecuencia de alguna operación quirúrgica, de próstata principalmente, o, incluso, a algunas enfermedades, como, en el caso de la diabetes, de caracter grave.
También se puede producir la anorgasmia por causas psicógenas o psicológicas. Un ejemplo son aquellas personas que por motivos religiosos han adquirido la costumbre de no masturbarse, lo que disminuye su deseo o capacidad de eyacular cuando están manteniendo relaciones sexuales. En muchos casos, para disimular el problema fingen el orgasmo.
Finalmente, destacamos que la ausencia de orgasmo y eyaculación en un hombre puede ser debido a causas psicológicas. Haber tenido una educación sexual muy restrictiva puede ser un problema. Por supuesto, los abusos sexuales en la infancia, también. Simplemente, sufrir un alto nivel de estrés puede ser el origen. Las causas escondidas tras un problema de este tipo pueden ser muchas y muy variadas. Las intensidades, por otro lado, también pueden ser muy diferentes.
Lo que sí que resulta absolutamente fundamental para buscar una solución al problema es consultar con un especialista en cuanto se noten los primeros síntomas. El médico nos puede ayudar. Resulta estúpido no pedir ayuda. El sexo es vital para nosotros. No conviene descuidarlo. Mejor así. Cuanto antes actuemos, mejor.