La androginia puede ser la mezcla de características femeninas y masculinas en un solo ser, pero también el resultado o una forma de describir algo que no es ni masculino ni femenino. La persona que se siente con alguna combinación de características culturales, tanto masculinas como femeninas es quien se identifica y se define como teniendo niveles variables de sentimientos y rasgos conductuales que son tanto masculinos como femeninos.
La persona andrógina es aquella que tiene características físicas y, adicionalmente, los comportamientos de ambos sexos. Por lo tanto, resulta difícil definir a qué género pertenece una persona andrógina sólo por su apariencia. Las personas andróginas del sexo masculino que aprecian su andrógina, normalmente, utilizan aderezos femeninos, en el caso de los hombres, y del sexo femenino normalmente utilizan aderezos masculinos, en el caso de las mujeres, buscando resaltar la dualidad. En este sentido, se tiende a presuponer que las personas andróginas sean invariablemente homosexuales o bisexuales, lo que no es cierto, ya que la androginia o es un carácter del comportamiento y de la apariencia individual de su identidad de género, nada teniendo que ver con la orientación sexual, o identificación sexual, o, incluso, con atracción erótica por alguien similar. Así, las personas andróginas pueden identificarse como homosexuales, heterosexuales, bisexuales, asexuales o, aún, como pansexuales.
En psicología, androginia es una disforia de género rara que es responsable de una condición psíquica en la que la persona se identifica como no siendo ni hombre ni mujer, sino como una persona de sexo mentalmente híbrido, lo que se refleja en su comportamiento. Dentro de la psicología, Sandra Bem desarrolló una prueba en la que se considera la masculinidad y la feminidad en un plano bidimensional. En ese modelo, personas con rasgos significativos para la masculinidad y la feminidad podrían ser consideradas como andróginas. Para la Psicología Analítica, de Carl Gustav Jung, andrógino se refiere a una integración de los pares de opuestos Anima y Animus, respectivamente el femenino y el masculino, siendo ambas características asociadas a la misma persona.