El asunto de la frecuencia sexual, a menudo, preocupa a las parejas. Sin duda, es un asunto que provoca curiosidad, inquietud y, por qué no decirlo, controversia.Sin duda, la respuesta pasa tanto por el nivel de conocimiento que tengamos de nuestra propia actividad y necesidad sexual, como por el de nuestra pareja, además de tener la capacidad para dialogar y negociar. Es difícil encontrar un solo consultorio de sexología en el que no se escuche esta pregunta de forma recurrente. La periodicidad con la que practican elecciones sexuales las parejas, sin duda, es un asunto que preocupa tanto a las parejas como a los profesionales que asesoran sobre este asunto. Así pues, la frecuencia sexual está en boca de todos.
La frecuencia sexual de una determinada pareja puede ser todos los días de la semana. En otro, la situación óptima puede estar en tres días por semana. Otra pareja prefiere mantener relaciones sexuales una vez a la semana. Otra, incluso, un par de veces al mes. Todas las opciones son válidas. No existe una respuesta correcta, ni mucho menos. Solo existe un requisito necesario para que cualquier solución sea la adecuada, que haya sido pactada por ambas partes y que, de alguna manera, responda a las necesidades de ambos miembros de la pareja.
En cualquier caso, de lo que no hay ninguna duda es de que cuanto mayor es la frecuencia sexual de una pareja, mayor es el deseo, mientras que la falta de relaciones sexuales hace que el deseo sexual sea cada vez menor. De esta manera, resulta que cuanto mayor es la frecuencia sexual de una pareja, más posibilidades aumentar tendrá. Mientras que, en el caso contrario, el deseo tenderá a disminuir.
De lo que no cabe ninguna duda es que, de la misma manera que cada persona es un mundo, con mayor motivo, cada pareja lo es aún más. Evitar las comparaciones en el asunto de la frecuencia sexual es lo primero que debemos hacer para abordar este asunto con la debida seriedad. Lo que para una relación es lo ideal no tiene por que serlo para otra relación distinta.