Es normal no saber bien qué es el fetichismo. A veces, la gente usa la palabra «fetiche» para referirse a cualquier tipo de interés sexual atípico.Para los investigadores del sexo, en realidad, «fetiche» se refiere específicamente a una atracción sexual fuerte respecto a un objeto, material o parte del cuerpo. El fetichismo no es en sí mismo reconocido como un trastorno psiquiátrico. Por lo general, la atracción por un fetiche es algo que tradicionalmente no se considera sexual.
Algunos fetiches clásicos son los cueros o pieles de animales, los zapatos, especialmente los de tacón o los la ropa interior femenina. El fetichismo, por supuesto, cuenta con muchas más posibilidades. Una gran variedad de objetos son fetiches elegidos por las personas que llevan a cabo estas prácticas. Algunas partes del cuerpo, como, por ejemplo, los pies, suelen ser tomados, tradicionalmente, como fetiches.
Según algunos manuales de sexología, el fetichismo es la respuesta sexual compulsiva a un estímulo inusual o socialmente inaceptable. Los psiquiatras pueden referirse a el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, la fuente principal de la comunidad médica Americana sobre los trastornos mentales. La edición más reciente sólo describe una parafilia como un trastorno psiquiátrico si le causa malestar a la persona o daño a los demás. Por ejemplo, la lista de parafilias de la última edición del citado manual incluye el roce sexual compulsivo con extraños que no prestaron su consentimiento.
El fetichismo, tal como se indica más arriba, es una subcategoría de parafilia, pero sólo se califica como un trastorno si llega causar angustia o daño a sí mismo o a otros. Este sistema ayuda a los psiquiatras cuando se asesora a las personas con deseos sexuales nocivos o perturbadores. Sin embargo, es importante recordar que, a veces, los prejuicios políticos y culturales de una época en particular pueden influir en los supuestos médicos. El más claro ejemplo es que la homosexualidad fue considerada como una parafilia insalubre hasta 1973.
De hecho, puede haber un momento en que el fetichismo, el travestismo o el sadomasoquismo, por ejemplo, se se dejen de considerar como parafilias. La evolución cultural de la sociedad, con toda seguridad, tendrá su reflejo en este tipo de cambios.