Las acróbatas sexuales son unas artistas que, en general, apenas son conocidas por el gran público, sin embargo, sus números son muy difíciles de ejecutar y suelen conllevar un importante volumen de entrenamiento. Esta exigencia a nivel de entrenamiento supone, además, una buen tacada de beneficios para sus practicantes quienes, gracias a su capacidad de sacrificio trabajan los músculos del suelo pélvico, lo que, tanto a nivel de salud como a nivel sexual, les supone una ventaja muy importante respecto a las mujeres que no lo practican. Las acróbatas vaginales son bastante desconocidas pero realizan ejercicios verdaderamente asombrosos para la mayoría de lo son iniciados.
Algunos de las cosas que son capaces de realizar las acróbatas vaginales son verdaderamente complicadas y requieren de un gran entrenamiento. Algunas de las más entrenadas son capaces de sacar del inferir de su vagina hasta 35 metros lineales de diferentes objetos como pañuelos, collares o flores. Otras, incluso, son capaces de abrir chapas d botellas con sus propias vaginas. Aunque algunas personas lo pueden considerar poco elegante, lo cierto es que realizar este tipo de acciones requiere de un importante nivel de entrenamiento y, sin duda, contemplarlo es un espectáculo único.
Cabe destacar que las mujer que realizan esta profesión no son profesionales, es decir, no practican relaciones sexuales a cambio de dinero. Simplemente son acróbatas sexuales, personas que realizan tareas complejas para la mayoría de los individuos, relacionadas con sus órganos sexuales, a modo de entretenimiento. Existe una buena cantidad de salas en toda España donde se pueden contemplar espectáculos de este tipo, aunque, sin dudad, las más importantes están en las provincias más grandes o con mayor nivel del población.
Otra de las prácticas más llamativas de algunas de las mejores acróbatas vaginales es el lanzamiento de pelotas de ping pong alojadas en el interior de su vagina. La fuerza con la que lanzan las pelotas y la velocidad que estas alcanzan es, ciertamente, impresionante. No menos impresionante resulta la cantidad de pelotas que una persona bien entrenada es capaz de alojar en el interior de su propia vagina. Sin duda, este tipo de práctica es algo que se lleva en las entrañas.