Los orgasmos por semana son la medida de felicidad en el sistema internacional. Si el sexo es, sin duda, la actividad física preferida por los humanos es, entre otras cosas, porque involucra de la misma manera el plano físico con el emocional. Una gran cantidad de estudios al respecto sostienen que el número de orgasmos por semana necesario para mantenernos jóvenes es de, al menos, tres. Es más, parece que en los adultos de mayor edad, mantener esta cifra media reduce en un 50% el riesgo de sufrir un accidente cardiovascular.
Conseguir el número suficiente de orgasmos a la semana nos garantiza un funcionamiento básico de todos conocidos pero, no por ello, menos elegante. El corazón se acelera, con lo que aumenta la presión sanguínea. Como consecuencia de llo, la piel se colorea, la resperación se acelera y los órganos sexuales se llenan de sangre oxigenada que los hace cambiar de forma y, además, de color. De pronto todo se percibe de forma diferente, el tiempo se detiene. Depsués de la explosion llega la relajación más profunda que podamos tener y, lentamente, de una forma dulce y agradable, todo ha pasado.
Un orgasmo, sin duda, es una pequeña, o gran, según se mire, explosión de placer. Mantener con regularidad el número de orgasmos mínimo del que hemos hablado, sublima esta explosión de placer y la conveirte, diretamente, en una explosión de vida. El reflejo positivo que tienen en la salud resulta evidente. Afortunadamente, este tipo de afirmaciones cuentan con suficientes investigaciones científicas para avalarlas.
El orgasmo es capaz de producirun aumento en el flujo sanguíneo y de oxígeno en el cerebro. La sangre, además del oxígeno, contienen una gran cantidad de nutrientes que cumplen una función vital para el desarrollo neuronal y de activacíon de las zonas que porvocan el bienenstar en general. La salud y la sensación de tenerla, por lo tanto, están casi asegurados con el hecho de disfrutar de tres orgasmos a la semana. Sería negligente por nuestra parte tener en nuestra mano el secreto de la casi eterna juventud y no hacer un uso adecuado de él.