Las modas sexuales son muchas y muy variadas. Esto es así desde que el mundo es mundo, pero la normalización del sexo en la sociedad propia del tiempo en que vivimos hace que ahora, además, sean visibles todas esas tendencias que no siempre han estado en un primer plano social. Es un hecho que no todo el mundo sigue los cánones clásicos en lo que al sexo se refiere. Vamos a hacer una pequeña incursión en algunas de las modas sexuales que se sitúan más al margen de la forma clásica de entender el sexo.
El footjob es, sin duda, una de las modas sexuales que actualmente se han hecho visibles y que, sin embargo, han estado presentes desde siempre. Se trata de esa forma de masturbar a un varón, muy parecida a la convencional, pero que se realiza con los pies. En los últimos años se ha mostrado como una aparición novedosa aunque, como ya hemos comentado, siempre ha estado entre nosotros. La masturbación con los pies, de hecheo, cada vez es más practicada.
El splosh es otra de las modas sexuales que ya leva algún tiempo entre nosotros pero que sólo ahora está tomando una cierta visibilidad. Todos recordamos alguna escena de alguna película erótica en la que los amantes se embadurnan de algún tipo de alimento para proceder, después, a limpiar el cuerpo ajeno con la propia lengua. Precisamente en esto consiste el splosh, en limpiar lo untaod proeviamente sobre el cuerpo de neustra pareja sexual. Ni que decir tienen qu es una práctica muy pero que muy excitante para ambas partes.
El doggin es otra de las modas sexuales que están pegando fuerte en la actualidad. En realidad, podríamos denominar así a cualquier tipo de práctica sexual casual, salvo por una condición indispensable, se tiene que realizar en lugares públicos. Existen un montón de variables de esta tendencia. Desde practicar sexo para ser vistos hasta permitir la participación de terceras personas en el encuntro. Existe toda una suerte de código que permite a los observadores saber si son bienvenidos al encuentro y hasta qué punto se les permite su participación.
