El orgasmo simultáneo existe, sin duda. Al menos eso podemos concluir de las testimonios a los que hemos tenido acceso. Sin embargo, encontrarlo no resulta nada fácil. De hecho, parece que está científicamente demostrado que resulta más probable que te toque la lotería primitiva a que tengas un orgasmo simultáneo con tu pareja. Quizás estemos exagerando un poco, pero no mucho.
Exageraciones al margen, lo que sí está claro es que e orgasmo simultáneo es algo extremadamente difícil de conseguir. Pero, si tanto es así, ¿por qué las parejas siguen tan empeñadas en alcanzar a la vez el clímax? ¿Cuál es la motivación que les lleva a frustrarse una y otra vez en este tipo de infructuosa búsqueda? Puede que la respuesta a estas preguntas se encuentre encerrada en el mito de la media naranja.
Sin extendernos demasiado, el mito de la media naranja nos lleva a Platón, en sus enseñanzas de Arisftófanes, y a su obra «El banquete» en la que se expone un inicio de la existencia humana en forma de unión e dos partes que, finalmente fueron separadas por Júpiter como castigo a sus insolencias. Pues parece que precisamente aquí es donde se origina el mito del orgasmo simultáneo. Un mito dentro de otro mito.
La idea de buscar permanentemente la media naranja que nos complemente a la perfección está mu extendida. Congeniar en todo con otra persona que nos haga sentirnos completos en todos los sentidos supone una aspiración tan grande que parece una pena que no suela suceder de esta manera. Los gustos, las aficiones o el sentido del humor son algunas de las cosas en las que, sin duda, podemos llegar a congeniar por completo con otra persona Sin embargo, hacerlo de forma permanente en el orgasmo simultáneo es una tarea poco menos que imposible.
Trasladar este mito al terreno de las relaciones sexuales viene a ser la prueba de que la b´saquead de la perfección en la cama es una aspiración legítima del ser humano. Siendo así, el orgasmo simultáneo puede convertirse en la forma perfecta, aunque utópica, de ser complacidos al mismo tiempo que complacemos.