¿Sexo para niños en la televisión? Por supuesto. Mientras por aquí andamos contemplando constantemente como la televisión emite programas lejos de la moral y la sensibilidad estética de cualquiera, la Europa civilizada nos sigue dando lecciones de cómo debe ser una televisión pública y qué contenidos de calidad pueden ser, al mismo tiempo, entreteneos y educativos. Un ejemplo más nos lo ha dado la televisión pública Noruega que ha decidido poner en marcha un ambicioso proyecto para acercar, desde la televisión pública, el mundo del sexo a los niños. Se trata, fundamentalmente, de aportar información para que, cuando llegue el momento, estén preparados mientras, por otro lado, se trata de hacer desde una perspectiva absolutamente educativa.
El programa es totalmente novedoso y es el primero relacionado con la sexualidad que se emite pensado, exclusivamente, para niños. Los noruegos, también en esto, son pioneros. Cada uno de los episodios de los que consta la serie de divulgación sexual va mostrando a los menores todos los aspectos que guardan relación con su desarrollo físico y psicológico, con la identidad sexual del individuo y con cualquier otro aspecto relacionado con el sexo que puedan tener algún interés. Penes, vaginas, hormonas y cerebro conviven en este programa de televisión con total normalidad y hacen un excelente trabajo formativo con los niños que se acercan a él.
El programa de televisión se llama Newton y comenzó a emitirse hace poco más de un mes por el canal NRK, el canal estatal noruego, Algunos países europea, sobre todo los que menor nivel social y cultural tienen se han escandalizado por la naturalidad con la que se tratan este tipo de contenidos que, lamentablemente, aún siguen siendo tabúes en algunas mentes retrógradas. Afortunadamente, el norte de Europa, y especialmente los países escandinavos, nos siguen dando lecciones con ejemplos como el que nos ocupa.
El programa, para ilustrar sus contenidos no duda en mostrar cuerpos desnudos que se muestran con modelos de carne y hueso: La presentadora, por supuesto, no ahorra ni un ápice de esfuerzo en su gestualidad ni en sus comentarios que, por si las imágenes no fuesen suficientemente explícitas, apoya constantemente con su discurso aquello que se ve en la pequeña pantalla.
